Miércoles, 12 de diciembre del 2018
Durante los primeros días del año desbordamos motivación. Es más, vemos un impulso tan grande en los demás que también nos vienen muchas ganas de hacer todo lo que no hemos hecho desde… bueno, enero del año pasado. Admitámoslo: la mayoría de nosotras no lleva sus propósitos de Año Nuevo ni hasta febrero.
Es necesario tener mucha fuerza, confianza y voluntad para lograr un cambio duradero. El yoga puede ser útil para eso, tanto cuando estás sobre la colchoneta como cuando no. Porque esta práctica milenaria, además de ser beneficiosa para tu cuerpo de forma integral, tiene un lado filosófico que puede ayudarte a superar aquellos conflictos o problemas que estén ocupando tu mente e induciendo un estado de ansiedad.
Si buscas algún propósito de Año Nuevo que te permita comenzar tus días energizada, alegre y, por sobre todo, agradecida, esta es la práctica para ti.
Las posturas de extensión de columna son aquellas que estiran tus hombros hacia atrás y abren tu pecho. Es increíble la correlación que hay entre la postura corporal y nuestra actitud hacia la vida: cuanto más atrás tenemos los hombros, más abiertos estamos a recibir comentarios, charlar con los demás y relacionarnos de cualquier manera; también estamos más confiadas en nosotras mismas.
Muchas personas tienen mucho talento para relacionarse con los demás y caminar con seguridad sobre sus pies, pero se niegan o les cuesta mucho mirar hacia su interior y verse como son. Si no eres muy flexible hacia adelante, puede que, a pesar de ser sociable, te cueste abrirte con los demás y hablar de tus sentimientos.
Es beneficioso tener un momento de introspección cada tanto. Nos permite evaluar lo que estamos haciendo y elegir nuestro próximo rumbo.
El yoga no es algo que se practica sobre la colchoneta para después olvidarlo. La práctica física puede darte un estado de ánimo que lleves contigo todo el resto del día.