Miércoles, 23 de enero del 2019
La pasta italiana es por excelencia uno de los platos más completos y variados de la cocina ya que se puede acompañar de una innumerable cantidad de salsas, carnes, embutidos, verduras y quesos. Sin embargo, debido a su alta cantidad de carbohidratos, es probable que en la mayoría de las dietas te la prohíban rotundamente.
Si quieres salirte con la tuya y comer pasta al estilo italiano sin culpa, pon atención a los siguientes tips para reducir radicalmente las calorías de esta especialidad y así poder comerla cuando se te antoje.
1. Reemplaza la pasta
Triste pero cierto, la forma más efectiva de quitarte el antojo de un buen spaghetti a la bolognesa es reemplazar la pasta de huevo tradicional por opciones integrales o de garbanzo. Ahora, si de verdad quieres comer dos o tres platos de esta belleza sin una pizca de culpa, te recomendamos que optes por la pasta de calabaza. Es muy fácil de preparar, pues tan solo necesitarás crear finas tiras de calabaza y cocerla con un poco de agua con sal. Al final añade toda la salsa de tomate que desees y un poco de queso, será una delicia.
2. Prepara tu propia salsa de tomate
Las salsas de tomate envasadas generalmente contienen altas cantidades de azúcar, lo que se traduce en muchas más calorías. Para garantizar que tu pasta sea lo más sana y menos pecaminosa posible, te recomendamos que crees una pasta casera. Tan solo hierve en agua dos o tres tomates con media cebolla y posteriormente licúa con un ajo, una pizca de sal, pimienta y un par de hojas de albahaca fresca. El resultado es delicioso.
3. Modera el queso
Una de las razones por las que seguro adoras la pasta es por sus grandes cantidades de queso. Para evitar que este plato traicione tu dieta, lo mejor es que solo le pongas una cucharada de parmesano rallado a un plato completo. Ahora, si quieres ir más allá, te recomendamos que reemplaces el queso por almendras tostadas trituradas. Le dará un sabor impresionante sin ni una gota de remordimiento.
4. Las cantidades y la hora son la clave
No es lo mismo comerte una pequeña porción de fusilli al pesto para acompañar tu ensalada durante el almuerzo que optar por servirte un plato que desborda pasta para cenar. Tu dieta no se verá afectada si sabes cuándo y qué tanta pasta comer. Recuerda que al inicio del día quemas muchas más calorías que antes de ir a dormir.
5. Alternativas sin lácteos
Opta por alternativas sin leche, queso y mantequilla. Las pastas al pesto, a la rabiatta, a la pimienta con aceite y al ajo con tomate son mucho menos traicioneras que la pasta Alfredo, al burro, a la bolognesa o a los cuatro quesos. Con un poco de sentido común lograrás disfrutar de esta delicia sin sufrir las consecuencias.
Vía VOGUE