Viernes, 22 de marzo del 2019
Según un estudio reciente de The European Heart Journal los cerebros de las personas que sufren el «síndrome del Corazón roto» tienen un funcionamiento diferente al del resto de las personas.
Aunque parezca menor, este síndrome es en realidad una grave enfermedad poco conocida. En el área médica la conocen como el síndrome de Takotsubo y, básicamente, deja en evidencia que lo que sucede en tu cabeza puede dañar a tu corazón.
Según el estudio, las causas del síndrome del corazón roto surgen inmediatamente después de que la persona experimente una situación de mucho estrés, como al sentir la pérdida de un allegado. Se origina a partir del debilitamiento repentino y de la súbita inflamación del corazón.
Médicamente se lo conoce como Takotsubo porque el primer médico que describió este síndrome era nacido en Japón y significa «trampa para pulpos».
Para los investigadores el síndrome está relacionado con el cerebro, en función del mecanismo de control que el sistema nervioso implementa para manejar el estrés.
Según el informe, como respuesta al peligro el sistema nervioso simpático acelera al cuerpo (incluso el corazón) y el sistema nervioso parasimpático lo regresa a la calma. A su vez, el sistema límbico articula las respuestas emocionales.
En síntesis, las zonas del cerebro que regulan este sistema tienen una relación comunicativa muy estrecha para poder lograr que sigan funcionado sin ningún tipo de complicación los procesos autónomos, como el latido del corazón.
El informe explica que tiempo atrás, cardiólogos suizos se preguntaron si el síndrome del corazón roto podría tener algún vínculo con la interrupción de esta interacción.
En la búsqueda de respuestas, armaron un grupo con 15 personas sobrevivientes al síndrome de Takotsubo y otras 39 que no lo habían padecido. Los neurocientíficos les realizaron a todos ellos una resonancia magnética funcional de sus cerebros.
El análisis de los mismos arrojó que entre los voluntarios sanos, las zonas del cerebro asociadas con las emociones y los sistemas nerviosos simpáticos y parasimpáticos se iluminaron de forma sincronizada.
La interacción de esas áreas, en cambio, fue escasa en los sobrevivientes del síndrome de Takotsubo. La actividad neuronal reducida se hizo más evidente entre las regiones del cerebro que controlan los sistemas nerviosos simpáticos y parasimpáticos.
En síntesis, el estudio comprobó que la calma fisiológica que debería presentarse después de un episodio de estrés tenía allí menos probabilidades de manifestarse.
Según los investigadores este padecimiento afecta mayoritariamente a las mujeres y puede sanar con el tiempo. Existen, de todas formas, casos mortales.