Martes, 19 de noviembre del 2019
Se vive en mundo donde lo material está por encima de lo sentimental, pues se cree que tener grandes cantidades de dinero o ser dueño de muchos bienes nos llevará a cumplir el deseo más anhelado: la felicidad.
Si quieres ser feliz, debes mantener contento a tu cerebro, porque sentir placer puede ser tan estimulante para este órgano que responderá de la misma manera.
En búsqueda de la felicidad
Lo primero que debemos hacer es contemplar la felicidad como un estado mental, que está formado por emociones como alegría, optimismo, perseverancia. Todas las personas pueden sentirlas, sólo es cuestión de trabajarlas.
Generalmente nos quedamos con lo malo porque solemos estancarnos en momentos de estrés y ansiedad, sin prestar atención a los instantes que hacen felices a las personas.
Es de suma importancia saber identificar qué nos produce tristeza y alegría, para poder regular nuestros niveles de emoción. Si estamos buscando la felicidad, debemos concentrarnos en esos estados mentales que nos hacen sentir bien, actuando directamente en nuestras emociones.
Pensamientos positivos vs negativos
Cada pensamiento libera químicos cerebrales. Estar enfocado en emociones negativas puede atenuar la capacidad de funcionamiento del cerebro, llegando incluso a la depresión.
Lo pensamientos negativos hacen más lenta la coordinación cerebral, lo que dificulta el procesamiento y búsqueda de soluciones en situaciones de estrés o ansiedad. El miedo afecta al lóbulo temporal izquierdo, alterando el estado de ánimo, la memoria y el control de los impulsos.
Pensar en sentimientos positivos y felices disminuye el cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés) y produce serotonina, sustancia que nos brinda bienestar y satisfacción.
¿Cómo lograrlo?
Puedes entrenar a tu cerebro para combatir los pensamientos negativos y aumentar los positivos, enfocándote en hacer rutinas que te lleven a la felicidad.
Trata de buscar tiempo cada día para hacer cosas sencillas que te hagan sentir bien, como leer un libro, bailar, escuchar tu canción favorita o jugar con tu mascota. Son acciones pequeñas que ayudan a equilibrar un día malo.
Tener momentos pequeños de felicidad incrementará los pensamientos positivos en el cerebro, los cuales ayudarán a tener momentos de bienestar.