Viernes, 20 de diciembre del 2019
1. Casarse para toda la vida, haber tenido claro que el matrimonio es para siempre.
2. La entrega total al otro, en la vida diaria, contar desde el principio con que habrá dificultades y que se pueden superar poniendo de sus ambas partes.
3. Ser consciente de que el amor no es un hecho cumplido en el momento de la boda, es algo que se construye cada día, es una conquista permanente. Hay que recomenzar siempre, reestrenar el amor cada mañana, evitar “acostumbrarse” a vivir con el otro cayendo en la rutina. El verdadero amor sabe inventar, sabe renovarse con creatividad.
4. Para mantener la relación en buen estado y prevenir posibles conflictos: reconocer errores, saber disculparse, saber ceder, llegar a acuerdos.
5. Ver siempre a tu pareja como el primero o prioritario en tu vida, darle atención preferente sobre otras personas e intereses.
6. Ser feliz como efecto de hacer feliz al otro.
7. Compartir experiencias, problemas, estados de ánimo. Interesarse por las cosas del otro. Saber entrar en su mundo. Contar con el otro al tomar decisiones.
8. Expresar abiertamente los sentimientos venciendo posibles falsos pudores y el miedo a confiarse totalmente como tu pareja.
9. Ser amigos además de esposos.
10. Admirar al otro y hacérselo saber.
11. Aceptar y querer al otro como es, sin pretender cambiarlo o cambiarla a la propia forma de ser.
12. Convivir como personas que se quieren, sinceridad no tener secretos, confianza, comprensión, respeto, buenos modales, delicadeza en el trato, saber callar, saber escuchar, no decir siempre la última palabra.
13. Buscar un rato cada día para estar los dos solos y conversar. Hablar de todo y pasarla siempre bien juntos. Crear situaciones agradables que sean materia para los buenos recuerdos.
14. Cuidar cada día los pequeños detalles que hacen más grata la vida al otro.
15. Siempre un amor positivo y flexible, resolver los conflictos en el día, no acostarse enojados, dar el primer paso para hablar y reconocer errores, pedir perdón y perdonar.
16. Saber ajustar y afinar la relación amorosa antes los sucesivos cambios, que, con el paso del tiempo, se van produciendo en la vida en matrimonio y familiar.