Martes, 7 de enero del 2020
PASO 1: SEPÁRALAS
Lo primero que debes hacer es dividir las brochas naturales y las sintéticas, esto es debido a que las primeras son más delicadas y deben limpiarse con más delicadeza.
Humedece solamente las cerdas de la brocha sin llegar al mano, lávalas con un shampoo para bebe o con un jabón neutro con las manos haciendo movimientos circulares.
Después, es necesario enjuagar con agua tibia y secar el exceso de líquido con una toalla.
Para limpiar estos pinceles, te recomendamos utilizar un tapete limpiador de silicona y jabón para brochas de maquillaje.
Y repite el paso anterior de humedecer las cerdas y coloca un poco de jabón en el tapete de silicona, hasta que hayas quitado todos los restos de maquillaje y suciedad.
Hazlo varias veces hasta que los pelitos de la brocha regresen a su color original. Evitando cambiar la dirección de los pelitos de las brochas al lavarlas.
PASO 2: DÉJALAS SECAR
Colócalas sobre una superficie plana cubierta de toallas de papel o cuélgalas sobre un soporte con ligas.
PASO 3: DESINFECTA LOS MANGOS
Las bacterias también se acumulan en los mangos de las brochas. Existen soluciones desinfectantes que solo se rocían en la varita y se limpian con pads de algodón, aunque también puedes hacer tu propio esterilizante para brochas.
Para ello, vierte una parte de agua micelar y una parte de alcohol en un atomizador y agita. Luego, aplica un poco de aceite de oliva sobre un algodón, limpia el mango con él, rocía la solución y quita todas las impurezas con una toallita de tela.