Miércoles, 11 de septiembre del 2019
Para educar de manera eficaz a nuestros hijos debemos marcar las reglas en casa con el objetivo de cumplirlas, el secreto está en hacerlo de manera coherente y con confianza.
Una de las consecuencias educativas de una falta de habilidad a la hora de establecer normas y de marcar límites puede ser la falta de respeto, que se produce cuando hablamos demasiado, exageramos la emoción, y en muchos casos, nos equivocamos en nuestra forma de expresar con claridad lo que queremos o lo hacemos con demasiada autoridad.
Es muy difícil para todo padre poner límites sin recurrir a los gritos, las amenazas o en algunos casos la violencia. Por otro lado, muchas veces sentimos o tenemos miedo que si ponemos limites los lastimamos, y es que existen límites de poner a tus hijos sin dañarlos, así como qué alternativas emplear para eliminar de fondo la palabra castigo y que a su vez estimule a tu hijo a tener una conducta más adecuada.
Algunos consejos para no dañar a tus hijos y ponerles límites:
Objetividad.
Los hijos entenderán mejor si se marcan normas concretas, un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suelen ser claro para un niño. Háblale bajito y platica con él, esto hará que se quede más tranquilo.
Firmeza
Cuándo existe una resistencia a la obediencia necesitamos aplicar el límite con firmeza, por ejemplo, decirles frases cortas y con firmeza como “Vete a tu habitación” “Ya basta” entre otras. Los límites firmes se aplican mejor con un tono de voz seguro, sin gritos y gestos en el rosto, tu tomo de voz debe ser suave para que él tampoco se moleste.
Explica el porqué
Cuándo un niño entiende el motivo del porque lo estas castigando se sentirá más calmado, cuándo se aplica un límite explica al niño porque lo tiene que obedecer y que pasa si rompe la regla. Entendiendo la razón, los niños pueden desarrollar valores internos de conducta o0 comportamiento y crear su propia conciencia.
Controla las emociones
Los investigadores señalan que cuando los padres están muy enojados castigan más seriamente y son más propensos a dañar las emociones de sus hijos, lo ideal es que siempre le hables tranquilo para no dañarlo y hacer preguntas concretas y seguras.