Jueves, 14 de abril del 2016
Dormir bien o, lo que es lo mismo, dormir de forma profunda y reparadora durante 7 u 8 horas cada día es casi como una utopía para quienes vivimos a toda prisa con agendas de infarto.
Sin embargo, no hacerlo puede salirnos muy caro, puesto que se ha comprobado que la falta de descanso aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, disminuye nuestra memoria y nos hace propensas a padecer síntomas de ansiedad o depresión, eso sin mencionar los estragos que causa en nuestra piel –no por nada se habla tanto del beauty sleep– y en nuestro cuerpo, haciéndonos ganar de vuelta esos kilitos que tanto esfuerzo nos tomó eliminar.
Por si fuera poco, además de ser dañino para la salud, es un hecho que dormir mal o no dormir en lo absoluto pone en un estado de malestar a cualquiera.
Si el estrés constante te está cobrando la factura, padeces insomnio una noche sí y la otra también, y ninguna de las curas convencionales ha surtido efecto en ti –en serio, ¿a alguien le ha funcionado contar ovejas?–, no te desesperes, lo único que tienes que hacer es respirar… Literalmente.
La técnica de respiración 4-7-8 fue creada por el Dr. Andrew Weil, físico de Harvard, y él mismo la describe como “un tranquilizante natural” para el sistema nervioso, por la manera en que balancea el dióxido de carbono y el oxígeno en la sangre.
Funciona así: inhalas por la nariz mientras cuentas 4 segundos, sostienes el aire por 7 segundos y luego exhalas lentamente por tu boca durante 8 segundos.
El paso de en medio es el más importante porque es cuando el oxígeno llena tus pulmones y circula rápidamente por tu torrente sanguíneo, lo cual resulta en una sensación de calma.
Si bien no hay prueba de que esto funcione para todo el mundo, a diferencia de una píldora para dormir, nada se pierde con intentar. Así que la próxima vez que te sientas desesperada por unas horas de sueño, asegúrate de respirar profundamente.