Lunes, 6 de junio del 2016
Ya sea porque tendrás unas increíbles vacaciones con tu galán o porque harás una carne asada con tu mejor amiga, hay que aceptar que la mayoría de los días libres de verano terminan en catástrofe cuando hablamos de nuestro peso.
¡A todas nos ha pasado! Nos matamos durante meses para lucir un cuerpo de impacto en la playa y cuando terminan nuestras vacaciones, regresamos a casa y lucimos como pelota playera. ¡Horror!
1. Pon atención a tu desayuno: Al ser el primer alimento en la mañana, solemos pedir mucho más de lo que podemos comer, de hecho, casi siempre terminamos dejando grandes porciones en el plato. ¿Vas a ir a un restaurante? Come un snack ligero antes, prueba con una taza de moras azules o un vaso de yogur; te ayudará a calmar el hambre y tomarás una decisión inteligente al ordenar del menú. ¡Sí, olvídate de los cinco hot cakes bañados en mantequilla!
2. Compra despensa: Aunque a todos nos encanta disfrutar de la comida típica de los lugares que visitamos, una buena forma de ahorrar kilitos de más (y algunos miles de pesos) está en comprar despensa. Si vas a visitar algún lugar por un par de semanas, localiza el supermercado más cercano y compra alimentos para preparar. Si no quieres comer diario con alimentos preparados en tu hotel, depa o casa, compra algunas cosas para complementar tus comidas.
3. Evita el buffet: Sabemos que es súper difícil escoger algo en el menú, pero no por ello debes de sucumbir ante el buffet. Aunque escoger una barra libre de comida te permite cambiar de opinión cuantas veces quieras sobre lo que quieres degustar, también es probable que comas sin ponerte limites. ¡No es saludable! Opta por elegir sólo un plato de la carta, tu cuerpo te lo agradecerá.
4. Snack saludable: Si eres de las personas que comen todo el tiempo, a todas horas y no soportas pasar un tour sin tener algo en el estómago, carga son snacks saludables. Esto además de ayudarte a calmar las ganas de comer algo, evitará que compres alimentos que normalmente no comerías. Puedes optar por nueces, fruta o una barrita de queso.
5. Camina: ¿Vas a ir a un museo?, ¿Quieres ir al centro de la ciudad? ¡Hazlo caminando! Además de ayudarte a digerir la comida, moverte ayudará a acelerar tu metabolismo. ¿El plus? Cambiarás tu rutina y conocerás tu destino de una manera más divertida.