Viernes, 18 de mayo del 2018
El problema radica en el riesgo que estos puedan suponer para nuestra salud, pues algunas teorías indican que contienen un alto nivel de toxicidad.
Se centra en las sustancias tóxicas que incluyen las latas, como la resina epóxica o el formaldehído. Por otro lado, las latas de atún poseen mercurio, altamente dañino para nuestro organismo. Todo ello sin olvidar la presencia de Clostridiumbotulinum, una bacteria que se reproduce en los alimentos que no tienen oxígeno y que segrega toxinas botulínicas. Las mismas pueden llegar a producir parálisis respiratoria y muscular y bloquear el sistema nervioso.
Hay estudios que afirman la presencia de sustancias tóxicas en los alimentos enlatados como la resina epóxica o el formaldehído.
Por otro lado, estos productos suelen poseer un alto contenido en sodio, ya que en muchos casos se usa la sal como conservante, lo que favorece la aparición de hipertensión. Al mismo tiempo, suelen sufrir pérdidas de magnesio, potasio, calcio y otras vitaminas durante el proceso. Además, su concentración en ácidos grasos es mayor que en los alimentos frescos, por lo que aumenta su densidad calórica. También hay que tener en cuenta las grasas extra que suelen añadirse a estos productos.