Viernes, 6 de julio del 2018
Atar el pelo
Para que la limpieza llegue a todos los sectores del rostro, es fundamental, recoger el cabello. Hazte una coleta y suma una diadema o balaca que despeje la zona alta de la frente, de manera que puedas llegar a quitar el maquillaje de esa zona sin dificultades.
Movimientos suaves
Cuando limpies tu piel, no frotes. Se trata de hacer movimientos suaves, en forma circular, casi como si estuvieras masajeando tu piel. Utiliza el algodón sutilmente para evitar irritación y zonas enrojecidas, y hazlo todas las noches antes de dormir de manera de eliminar todas las impurezas que has acumulado durante el día.
Divide por zonas
Para hacer una limpieza completa, es recomendable trabajar por zonas. Es decir, comienza por tus labios, luego por los párpados, más tarde quita la mascara o pestañina, sigue con el resto del rostro, y finaliza con el cuello. Esto hará que puedas concentrarte en cada zona, sin olvidar ninguna, y que la limpieza sea más profunda.
Cambia el algodón
A medida que avanzas, debes ir cambiando el algodón. Y, de hecho, debes usar uno distinto para cada zona: toma uno para los labios, otro para cada ojo, y un tercero para el resto del rostro. Otro punto importante es que elijas el desmaquillante especial para tu tipo de piel y parte de la cara. No es lo mismo quitar restos de base que sombra o labial.
Evita el agua y el jabón
Para quitar el maquillaje necesitas productos especiales. No quitarás el maquillaje en profundidad con agua y con jabón y, además, estos pueden resecar tu piel. Utiliza un desmaquillante y, una vez que finalices, lava el rostro con agua y sécalo suavemente con una toalla limpia.