Viernes, 23 de noviembre del 2018
Intentamos tapar esa sensación con atuendos o maquillaje pero, finalmente, no hay caso. Días así afectan nuestro estado de ánimo, tienen un impacto en nuestra salud mental y pueden provocar el comienzo de hábitos poco saludables. Pero podemos vencerlos con solo recordar:
Las mujeres somos el blanco de miles de publicidades y anuncios que proponen un ideal de belleza. Muchas veces, al observarlos, podemos sentirnos decepcionadas porque creemos que nunca podremos encajar en ese molde. Quizás deberíamos cambiar nuestra manera de pensar y despegarnos de lo que tratan de imponernos. De esta forma, veremos que no tenemos por qué amoldarnos a ningún canon. Hay tantos tipos de belleza como mujeres en el mundo. Observar esta belleza en cada una nos hace tomar conciencia del enorme potencial que tenemos desde todo punto de vista.
Solemos identificarnos 100 % con nuestro cuerpo como si eso fuera lo que somos. Sí, está claro que nuestro físico forma parte de nuestro ser pero es solo eso: una parte de nosotras. El tamaño o la forma entonces dejan de ser el parámetro con el que medimos nuestra validez. No lo olvides: nuestro cuerpo es el vehículo que transporta un ser muy valioso.
En aquellos momentos en que no nos sentimos a gusto con nuestra imagen es cuando tendemos a caer en la tentación de ingerir alimentos poco saludables. En cambio, si modificas la perspectiva y tienes la confianza de que tu cuerpo es maravilloso, querrás brindarle lo mejor. Para nutrir nuestro organismo, hace falta amarlo. Y una manera de demostrárnoslo es con comidas saludables que nos aporten todos los nutrientes y que sean de nuestro agrado.
Cuando decimos «me siento gorda» en realidad no estamos expresando una emoción. Ese adjetivo califica cierta forma del cuerpo que según la mirada será cierta o no. Ahora, detrás de esa expresión se encuentran escondidas emociones que quieren ver la luz. Quizás lo que queremos expresar es que nos sentimos tristes, enojadas o decepcionadas. Sea cual sea la emoción atrapada, intenta darle un lugar, bucea dentro tuyo hasta encontrarla y permite que salga. De esta manera, podrás reconocerla y transformarla (y el antiguo adjetivo calificativo será historia).
Aunque no lo tengamos en cuenta, nuestro organismo realiza las 24 horas del día miles de funciones. La naturaleza nos brindó un cuerpo diseñado para funcionar a la perfección. ¡Mira qué regalo! Tómate entonces un momento al día para agradecerle a tu cuerpo porque te mantiene viva (menuda tarea) y saludable. Devolverle amor a nuestro cuerpo es un paso más en el camino de amarnos profundamente a nosotras mismas.
En ocasiones pensamos que podemos «resolver» nuestra imagen corporal simplemente haciendo una dieta estricta o dedicando largas horas a una dura rutina de entrenamiento. Lo cierto es que la forma en que pensamos y sentimos a nuestro cuerpo es independiente de su forma: es una cuestión de percepción. Por fortuna, todas tenemos la grandiosa oportunidad de reencontrarnos con nuestro cuerpo y de sentirnos a gusto en él.
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