Martes, 15 de enero del 2019
No obstante, un estudio acaba de demostrar su inocencia y sugiere que este clásico dominguero fue difamado injustamente.
De acuerdo investigadores del St. Michael's Hospital, en Toronto, Canadá, todo se reduce al Índice Glicémico, un sistema utilizado para determinar la velocidad con que un alimento afecta los niveles de azúcar en sangre. El azúcar en alimentos con alto índice glucémico, como arroz blanco, pan blanco y patatas, es digerido y absorbido por el cuerpo, mientras que los alimentos con bajo IG, como verduras y lentejas, se queman lentamente.
La investigación profundizó en la relación entre consumo (de este tipo de pasta) y la ganancia de peso, evaluando treinta ensayos clínicos controlados, con casi 2.5 mil participantes considerados sanos.
Cada participante comió porciones específicas de masa por semana y, al analizar el peso corporal, IMC y medidas de la cintura, los investigadores llegaron a la conclusión de que el consumo de la masa no contribuyó a la ganancia de peso o aumento de los niveles de grasa.
Justificado por el hecho de que los alimentos con IG bajos sacian mejor el hambre y, por lo tanto, impiden a las personas consumir más alimentos.
La investigación observo que aunque existen muchos tipos de masa, todos ellos reaccionan en un estado gastrointestinal más bajo que otros alimentos ricos en almidón, como el pan blanco, por ejemplo.
A pesar de ser pobre en fibra, poseen una calificación IG similar a los alimentos ricos en fibra, como la avena o las legumbres, mientras que es inferior al pan integral o las papas con cáscara, en comparación.
Así que, después de todo, no es tan malo, ¿verdad?
Vía VIX