Jueves, 14 de marzo del 2019
¿Comienzas a entender por qué tanto esfuerzo no te da resultados? Cuando conozcas los errores más frecuentes, lo comprenderás todavía mejor:
El cuerpo es una máquina diseñada para la eficiencia y cumplir sus objetivos con el menor gasto de energía. Por este motivo, con el tiempo se adapta incluso a una rutina de ejercicio. Esto significa que aprende a realizarla con un mínimo de calorías y que, con el paso de las semanas, no quemarás la misma cantidad de grasa que cuando comenzaste si mantienes la misma rutina.
Alargar las distancias es lo más recomendable para aumentar la resistencia, pero no para perder peso. Si este es tu objetivo, aumenta la intensidad: corre más rápido en intervalos o con obstáculos. Para hacerlo de forma segura, consulta con un especialista.
Ya sea que estés mirando la pantalla de la cinta caminadora o una aplicación en tu smartphone: recuerda que estas cifras no son confiables y potencian tu ansiedad. En lugar de enfocarte en las calorías que quemas, y una vez que tengas una rutina aprobada por un entrenador, escucha a tu cuerpo. De este modo, serás consciente de los efectos del ejercicio en tu cuerpo y podrás prevenir lesiones.
Los efectos de correr se potencian cuando los complementas con otro tipo de ejercicio que trabaje el resto de tus músculos. ¿Por ejemplo? El yoga puede ser una gran alternativa.