Miércoles, 24 de abril del 2019
El acné es un problema que ataca a muchas personas, sobre todo en la adolescencia, sin embargo, puede presentarse en cualquier otra etapa de tu vida. También puede ser consecuencia de cambios hormonales o de un mal cuidado de la piel, algunas causas pueden estar en tu día a día, aquí te damos algunos ejemplos:
No lavar tu cara
Súper importante que laves tu cara, aunque no lo creas necesario, dos veces al día, tres si haces ejercicio. Por las mañanas es importante porque hay que quitar los productos usados en la noche anterior, además, durante todo el día nuestra piel produce cebo y en la noche se acumula. Otro momento es la noche antes de ir a dormir, pues tu piel acumula suciedad y grasa.
Tocar tu cara demasiado y explotar tus granos
Nuestras manos siempre están expuestas a la suciedad, están en contacto con cualquier superficie y objetos, y todos ellos pueden estar llenos de bacterias que provoquen brotes de acné.
De igual forma hay muchas personas que no pueden resistir explotar sus granitos de acné, lo que lastima la piel y contagiar tu cara con la bacteria de ese granito.
No ir al dermatólogo
Muchas veces nuestra conocida o amiga que fue con el especialista nos cuenta los detalles de lo que le pudo funcionar a ella, sin embargo, nada garantiza que eso mismo te ayude a ti, pues cada piel es diferente y tiene distintas condiciones. Es importante que tú vayas a revisión y te dé solución al problema que tienes.
Maquillaje en exceso
Sabemos lo importante que puede ser para ti el maquillarte, pero a veces hay que darle tiempo a nuestra piel para que respire y los poros estén libres. Si tienes piel grasa o con tendencia al acné puedes probar algunos productos que sean libres de aceites y de sulfatos.
El uso de muchos productos
Aunque creamos que usar productos para la piel puede ayudarnos, no siempre es así. Es importante que las fórmulas se adecuen a tu tipo de piel, a veces es bueno darle un respiro a nuestra piel y descansar de tantos tratamientos.
Estrés
Algunas veces estos brotes no sólo pueden ser consecuencia de suciedad o grasa, sino de factores como el estrés. Aunque puede ser difícil deshacerse de él, trata de relajarte y distraerte en tus tiempos libres, despeja tu mente y medita, esto podría ayudarte a combatirlo.