Jueves, 23 de mayo del 2019
Las partículas de polución contenidas en el smog, en el polvo, en la radiación, en el aire y en el agua con químicos son una gran amenaza, además de que afectan la capa de ozono y hacen que estemos más expuestas al sol, ¡por lo que el daño es doble!
Así que pon mucha atención, pues ahora mismo te diremos todos los efectos que este agente produce en tu rostro, cabello y organismo, además de las soluciones top para cada uno.
¡Toma nota!
En la piel:
La tez es el órgano que está más expuesto al ambiente, ya que su función es la de crear una barrera con el exterior. Si no la protegemos, el tono se hará irregular e incluso aparecerán manchas, tendrás un efecto apagado y observarás inflamación, deshidratación y una textura flácida.
Para combatirlo, lo ideal es tener una rutina de limpieza estricta que impida que los poros se obstruyan con contaminación, utilizar cremas anti-polución con ingredientes naturales que luchen contra los radicales libres y emplear protección solar arriba de 35 FPS.
En el cabello:
Igual que la piel, el pelo tiene contacto directo con la polución atmosférica y debemos cuidarlo con disciplina.
Como primera regla, es importante conservar su hidratación con acondicionadores y mascarillas, además de lavarlo cada semana con un shampoo detox. Otro factor infalible es mantenerlo protegido con FPS capilar, gorros y mascadas, así como disminuir el uso de planchas y tenazas, para reducir el daño del calor.
En la salud:
Recuerda que todo comienza desde adentro: por más que te pongas cremas hidratantes y protectores, ¡no funcionarán si no tienes una buena dieta ni los niveles adecuados de hidratación! A parte, la contaminación atenta contra el sistema inmunológico, produce dolor de cabeza y enfermedades respiratorias, ¿ya lo sabías?
Debido a ello, la mejor forma de defenderte es incluir alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y proteínas (como el pescado, los cítricos y los vegetales verdes), beber 2 litros de agua al día y consumir sopas, zumos y frutas altas en líquido, para crear un escudo de fortaleza.