Jueves, 8 de agosto del 2019
La bioquímica Elizabeth Blackburn, ganadora del Premio Nobel de Medicina en 2009, desarrolló junto a investigadores de la Universidad de California, un estudio sobre los beneficios que la meditación podría traer en el ser humano.
La investigación inició gracias a que la científica Elissa Epel se acercó a Blackburn con la idea de desarrollar un estudio sobre el impacto que tenía el estrés y desgaste de la vida cotidiana en las células del cuerpo.
Aparentemente después de realizar estudios a las células de madres estresadas se encontró que los telómeros, es decir, los extremos de los cromosomas que se observan en el ADN que se encargan del equilibrio de las células, eran más cortos en las madres que vivían estresadas.
Su corta longitud representaba un envejecimiento de al menos 10 años, lo que comprobaba que el estrés envejece las células de las personas debido a que el cortisol, la hormona producida por el estrés, reduce la producción de la célula que evita el envejecimiento.
Blackburn indicó al diario The New York Timesen 2007 que desde la primera investigación han tratado de encontrar métodos para evitar el efecto del estrés en las células y por ende a los telómeros.
Una de las actividades que identificaron como la más eficaz fue la meditación, pues después de enviar a algunos participantes del estudio a meditar al norte de Colorado encontrar que los telómeros aumentaron su longitud.
Lo cual era un indicador real de que la meditación ayuda a disminuir el impacto del estrés en las células del cuerpo. Increíble, ¿no?
Parece que la respiración que exige la meditación ayuda a que el cuerpo se relaje y produce una sensación de despreocupación por los problemas del pasado o el futuro, además de que permite mayor control sobre las reacciones.