Lunes, 26 de agosto del 2019
Según un estudio, las personas confundimos la mayoría de las veces la sensación de sed por hambre. Esto se debe a que el hipotálamo regula el hambre y la sed y, a veces, mezcla sus señales.
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2. Comes mientras te distraes:
Inconscientemente mientras ves la TV, puedes ingerir más alimentos que los habituales.
Por las redes sociales: Creerás que el simple hecho de revisar tu feed de apps como Instagram no tiene nada de malo; sin embargo, incrementa tu deseo de comida como respuesta al “hambre visual”.
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3. Te saltas las comidas:
Omitir los alimentos a tus horas puede hacerte sentir más hambriento, debido a que se agotan tus reservas de glucosa en la sangre e incrementa la hormona del hambre (grelina).
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4. Eres de metabolismo eficiente:
Es natural y debes sentirte especial al resto de los mortales a quienes se nos dificulta bajar de peso. Pues en promedio vas a quemar entre 100 y 400 calorías al día, por ello, tu cuerpo va a requerir alimento con frecuencia.
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5. No comes suficientes proteínas:
Comer proteínas ayuda a calmar el hambre, porque estas tardan en digerirse y tu estómago se siente satisfecho durante más tiempo.
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6. Tienes los snacks a la vista:
Ocultar ciertos alimentos ayuda a calmar los antojos, ya que el hambre es visual (es una cuestión evolutiva) y si está fuera de tu vista, también lo estará fuera de tu boca.
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7. Tomas alcohol regularmente:
A medida que lo bebes, también incrementa tu ingesta de alimentos. Pero no es todo, también te deshidrata y puede provocarte más hambre.
Quizás pienses que lo bajo en grasa es lo mejor, pero lo que no sabes que, al compensar su sabor, va a ir directo a aquellos alimentos llenos de azúcar. Considera nunca desechar las grasas, ya que al probarlas tu lengua manda una señal a tú estomago de saciedad.
Las hormonas del hambre tardan en llegar a tu cerebro entre 20 y 30 minutos, pero si comes deprisa lo hacen en menos de 5 y es muy probable que ingieras más alimentos que de costumbre.