Jueves, 19 de septiembre del 2019
¿Qué es?
La exfoliación es un proceso que no puede faltar en tu rutina de skincare, porque con ella no solo le ayudas al cuerpo a eliminar las células muertas y las toxinas del día a día, sino a regenerar las capas nuevas de la piel y que se vea luminosa.
TIPOS DE EXFOLIANTES:
Mecánica: se hace con movimientos de fricción sobre la piel y puede ser de cuatro formas.
1. Suave: a base de cera o aceites (como el de jojoba); sirve para todo tipo de piel.
2. Fuerte: elaborado con gránulos de huesos de fruta (chabacano), cáscaras (nuez), sales marinas, café, arroz, azúcar y otros ingredientes que no se degradan y permiten una exfoliación mucho más profunda. Úsalos máximo una o dos veces por semana porque te podrían rayar la piel.
Química: la exfoliación es gracias a un ingrediente que ayuda a disolver las células muertas, por eso no necesitas tallarlo, pero eso sí, tienes que protegerte del sol cada que lo uses. Hay varios ingredientes, pero los más usados son:
Todo depende de tu tipo de piel y de la parte del cuerpo que quieres mejorar. Aquí te decimos cada cuando ponértelo:
Grasa: gel o sérum que evite que te salgan más granos y espinillas. 3 veces por semana.
Seca: exfoliante suave que incluya algún ingrediente emoliente, 1 o 2 veces por semana.
Sensible: exfoliante muy suave y con algún ingrediente humectante, 1 vez por mes.
¿Cómo lo hago?
Lo ideal es exfoliarte mientras te bañas para que te apliques el producto húmedo, ya que en seco te puede lastimar. Siempre termina con agua fría para que se cierren los poros y después de secarte, ponte la crema hidratante que siempre usas. Si vas a utilizar un exfoliante manual, da pequeños masajes circulares para la cara, el abdomen, el pecho, la espalda y las pompas; o movimientos ascendentes en brazos y piernas.
Ni se te ocurra: