Martes, 29 de octubre del 2019
El cambio en el color de uñas a un tono amarillo puede ser debido a infecciones causadas generalmente por hongos; en tanto que un tono verdoso puede ser una infección por bacterias.
Fuera de los problemas infecciosos de la propia estructura, una uña gruesa y amarillenta puede ser provocada por problemas con el azúcar como la diabetes o problemas neurológicos, así como por el ámbito del tabaco. Mientras que cuando las uñas toman un color azul o violáceo, normalmente, indican muy mala circulación de la sangre hacia los dedos.
En tanto que un color negro o marrón puede indicar la presencia de algún tumor benigno o maligno, Sobre todo si no es un negro difuso, sino longitudinal. A veces simplemente es un lunar, pero puede ser cáncer de piel, un melanoma, o el más malo de los tumores ungueales.
Las uñas con una pequeña mota blanca, no se asocia con trastornos carenciales de vitaminas o calcio, en realidad suelen indicar que se ha producido un traumatismo en la matriz de la uña al momento de crecer.
Y las uñas con rayas, muchas veces referidos también a la falta de calcio, se deben al propio envejecimiento, o a problemas de sequedad, deshidratación o por manicuras.