Lunes, 4 de noviembre del 2019
Cuando se trata de perder peso, la dieta y el ejercicio suelen ser los pilares básicos de cualquier intento de cambio de hábitos. Sin embargo, no deberían ni deben ser los únicos factores a tener en cuenta, dado que el estilo de vida se compone de múltiples ramas a cada cual tan importante como la anterior.
El estilo de vida acelerado nos agobia y nos enfrentamos a estímulos negativos tan abrumadores, que en ocasiones sobrepasan nuestra capacidad para estar bien ante todo lo que sentimos, vivimos y experimentamos.
La manera en que afrontas tus sentimientos impide que bajes de peso
Las emociones y la vida diaria
Todo el tiempo estamos expuestos a estímulos que nos provocan diferentes reacciones. Dichas reacciones pueden estar acompañadas de emociones positivas, pero también de negativas, como estrés o ansiedad.
Si bien el estrés y la ansiedad son comunes, algunas personas no tienen la capacidad de afrontarlas de la mejor manera, por lo que se ven desbordadas y desarrollan un sentido de malestar constante.
Comida, nuestro alivio al malestar
Somos adultos y experimentamos estrés o emociones que no sabemos sobrellevar, la comida se convierte en nuestro auxilio para aliviar el malestar. Nuestro cuerpo trata de regular los niveles de serotonina del cerebro, de tal forma que utilizamos a la comida para sentirnos mejor.
La comida como alivio y la culpa como respuesta
Cuando comemos algo, aliviamos momentáneamente el malestar, regulamos nuestro nivel de serotonina y nos sentimos mejor. No obstante, el alivio del malestar es pasajero, pues casi inmediatamente se presenta una sensación de culpa.