Martes, 21 de enero del 2020
Si la punta de la brocha se siente tiesa, las cerdas son gruesas y despuntadas, ¡mala señal!, pues deben ser armadas con un molde especifico y unidas por un hilo.
Asegúrate que las brochas tengan varias capas de esmalte en el mango, lo que evitara que se hinche con la humedad. Puedes elegir brochas densamente esmaltadas, pesadas y con un casquillo de níquel o cobre, pues los de aluminio se doblan más fácil.
Las fibras de tu brocha dependerán de tu preferencia. Las cerdas naturales funcionan mejor con polvos y bronceadores, blushes y jabones secos, mientras que las sintéticas trabajan mejor con fórmulas cremosas.
Si estás buscando brochas cruelty-free (veganas), elige una sintética, ya que la mayoría de las cerdas son extraídas de pelo animal. Por otro lado, las sintéticas son más fáciles de limpiar, ya que no tienen cutículas de los cabellos naturales, por lo que no almacenan el maquillaje tan fácil.
Si llegas a notar que las sombras de los ojos se caen en el transcurso del día, el cual es un problema muy común, te aconsejamos aplicar capas más delgadas del producto, ya que sobrecargar la brocha más de la cuenta, dejara todo el exceso en cuanto toque tu rostro.
Si usaste demasiado, retira el polvo excedente antes de aplicarlo.
El problema está en cómo sujetas la brocha. Para solucionar con este problema, te sugerimos aplicar con menos presión al aplicar los pigmentos.
Agarrar la brocha cerca de las cerdas, hace que tenga más compresión, lo cual no es ideal si deseas lucir espectacular. El agarre limitante debe ser donde el casquillo se une con el mango. Si lo tomas del extremo te dará un efecto muy sutil y profesional.
No olvides, entre más capas apliques, debes emplear menos fuerza.