Miércoles, 22 de abril del 2020
Cómo tener una piel bonita es un tema del que nunca nos cansamos. El deseo por unas mejillas sanas, jugosas y con brillo sin necesidad de maquillaje (el anhelado “efecto buena cara”) nos mueve a profundizar incesantemente en el tema, ya sea en busca de la mejor crema o analizando la lista de los cosméticos más vendidos. Los facialistas insisten con fervor en la hidratación como clave para conseguirlo, y a la rutina doméstica añaden protocolos profesionales. Sin embargo, resulta fácil perderse en la jerga de los centros de belleza y clínicas estéticas: ¿cómo saber qué hacerse?
Mejillas de porcelana: sin manchas y con poros cerrados.
En qué consiste.
Combina dermoabrasión, extracción e infusión de sérums de manera simultánea. Su manípulo con punta de diamante realiza un peeling suave que abre los poros y elimina las capas muertas de la piel, que se infusiona con un producto específico (Lumixyl) capaz de reducir y detener además las manchas, pecas, sin destruir las células dérmicas.
El masaje intrabucal para unas mejillas más firmes.
¿Cómo funciona?
Combina la técnica miofascial con el masaje intrabucal para aliviar las tensiones musculares, mejorar la movilidad y la flexibilidad articular, devolviéndole la armonía al sistema nervioso y consiguiendo una piel mucho más firme.
Resultados: Potencia la oxigenación de la piel, favoreciendo la producción de colágeno y elastina, la activación de la microcirculación, mejorando el aporte de nutrientes a los tejidos y la restauración del sistema musculoesquelético.
El plus: Uno de sus grandes beneficios es acabar con el bruxismo (patología que consiste en apretar de forma inconsciente la mandíbula o incluso rechinar los dientes, que se da generalmente mientras dormimos). Relaja el rostro, la musculatura y aporta una sensación de alivio en toda la cabeza, pero también deja la piel más jugosa y difumina las pequeñas arrugas.