El hombre ideal existe, pero no es como te lo describe Disney, sino todo lo opuesto.

Cada vez que entro a mis redes sociales por puro vicio y empiezo a deslizar mi dedo índice para ver las últimas publicaciones, me encuentro con posts compartidos por diferentes mujeres. Algunas se sienten solas, otras despechadas, siempre está la que tira alguna indirecta para esa persona que recién está conociendo o para el ex que acaba de dejarla. Existen también las que han recuperado la ilusión luego de una horrible decepción y está también la que presenta aires de superación expresando lo mucho que le gusta estar soltera.

Todas postean acerca del hombre ideal, que te llame sin previo aviso eso enamora,  que te despierte con un mensaje cada mañana, eso enamora, Que pase a buscarte para su cita y que al llegar te sorprenda con un ramo de flores, es perfecto,  el hombre ideal es aquel que no tiene ojos para nadie más, si te ama, hará todo lo posible porque nunca derrames una lágrima (aunque te amé, pelearán y llorarás echándole la culpa de tu malestar porque eso es lo que hacemos las mujeres), si te hace reír, vale la pena (y si te hace renegar, también) .

El hombre ideal existe, pero no es como te lo describe Disney, sino todo lo opuesto. Cuando le conozcas y sientas que te gusta, sólo verás sus aspectos positivos y el resaltará cada uno de sus atributos para conquistarte; será caballero, educado, sensible, amoroso, dedicado, te responderá cada medio segundo cada uno de tus mensajes, recordará con precisión todo lo que le digas porque también le gustas y no quiere que te le escapes. Luego, cuando ya formalicen, las cosas seguirán igual que al principio durante los primeros meses, y con el tiempo irá destapando su perfil REAL.

Posiblemente se olvide de alguna fecha importante o no sea el primero en saludarte para tu cumpleaños, quizás nunca sea lo suficientemente detallista para celebrar sus aniversarios, algunas veces le dará igual lo que le cuentes y se olvidará al instante de todo lo que has dicho, quizás se enoje por cosas innecesarias y terminen discutiendo por algo insignificante, se lastimarán con algunas actitudes, sin duda te hará llorar alguna que otra vez y se reprocharán sus equivocaciones. Y todo eso que ves como una imperfección, también forma parte de tu hombre ideal.

El hombre ideal a veces caerá con una caja de chocolates y otras veces no, el hombre ideal es tan imperfecto en toda su esencia, tan real, que sería una injusticia no decir que es lo más perfecto que existe. El hombre ideal también te lastimará y te hará llorar, y no por eso deja de ser el hombre ideal; si aceptas esa cruda realidad, entonces la próxima vez que intentes tildar a alguien de ideal y luego no sea lo que esperabas, quizás la decepción sea menor y decidas quedarte igual. Después de todo, el hombre ideal nada tiene que ver con el príncipe azul, más bien se parece a Homero Simpson, ¿y quién no ama a Homero Simpson?