Jueves, 28 de enero del 2021
México se caracteriza internacionalmente por su amor por los chiles y lo picoso. Cuando los extranjeros visitan nuestro país, se sorprenden de la facilidad con la que los niños consumen picantes en casi todos sus alimentos, incluyendo los dulces. Entre los últimos destaca el Pelón Pelo Rico, una dulce de pasta de tamarindo y chile dentro de un dosificador de plástico.
Sin embargo, este dulce, al que tenemos tanto arraigo, ya no es mexicano. Así es, las industrias trasnacionales se llevaron el orgullo de las infancias mexicanas. Pero esto no siempre fue así, ya que en un inicio era producido por Grupo Lorena, empresa originaria de Jalisco.
El Pelón Pelo Rico se lo debemos al fundador de la empresa jalisciense, el señor Fernando Topete, quien quería crear un dulce picante, para lo cual requirió de la pulpa de tamarindo. Asimismo, fue él quien pensó en la idea de la jeringa con el personaje al que parece que le crece cabello cada que se presiona para sacar el dulce. El nombre del producto está inspirado en la frase mexicana “pelón pelonete cabeza de cuete” y en 1985 se lanzó al mercado.
La venta de Pelón Pelo Rico
En 2008 la marca Pelón Pelo Rico dejó de estar en manos mexicanas para ser adquirida por la empresa chocolatera The Hershey Company. En ese momento la empresa estadounidense buscaba conquistar a la población mexicana en el país vecino. Inicialmente intentaron con chocolates M&M’S rellenos de dulce de leche, pero fueron un fracaso. Así que Hershey decidió apostar por algo que los más de 35 millones de mexicanos amaran: el Pelón Pelo Rico.
Ese mismo año Hershey cerró el trato para adquirir Grupo Lorena. Para entonces la empresa mexicana sólo contaba con dos fábricas de dulces. Tras ello, se crearon nuevas presentaciones del Pelón, tales como paletas, ediciones con picor extremo, mezclas con mango, etcétera.
Aunque oficialmente el dulce ya no se produce en una empresa mexicana, no cabe duda que tiene su gesta en nuestro país. El Pelón Pelo Rico es la concreción de años de tradición, ya que las frutas enchiladas sin duda son parte de nuestro patrimonio cultural. Por ello, seguramente este dulce seguirá fascinando a las nuevas generaciones de mexicanos y mexicanas, aquí y en el extranjero.