Viernes, 30 de abril del 2021
Los zapatos y los bolsos son esos accesorios a los que se suele tender cuando se quiere realizar una primera compra de lujo, y hay varios motivos que lo justifican que no, no siempre tienen que ver con el precio. En esa elección entran en juego, en realidad, los conceptos de eternidad y versatilidad, ya que lo normal es que esos zapatos y bolsos duren más que alguna pieza de ropa concreta. Y es en todos los sentidos, ya que su mantenimiento suele ser más sencillo y no están sujetos a cambios físicos como diferentes tallas a lo largo de la vida. Vaya, que son la puerta de entrada (soñada por muchos) al universo del lujo, la más relevante antes de que la alta bisutería y complementos como las gafas de sol o las pulseras de hilo llegasen al inventario de las grandes firmas. También la que más coleccionistas atrae, y la que consigue reconciliar la idea de atemporalidad y la de tendencia: aunque haya colores y formas que puedan encajar con el gusto del aquí y ahora, muchas de esas coordenadas son lo suficientemente inmortales como para envejecer bien, muy bien, en el armario.
Un ‘tote bag’ vitaminado
Es una silueta ya clásica entre los bolsos, pero es una que precisamente para seguir siendo relevante, no deja de reinventarse. Una de las primeras transformaciones queda patente, precisamente, en sus líneas, que pueden alejarse de lo blando (y, en cierto modo, de la inspiración pañuelo) para acercarse a formas estructuradas que pueden incluso recordar a bolsas de papel. No es la primera vez que se ve un bolso de lujo que cumple estas características, pero los de la firma Medea son los que se han terminado convirtiendo en sinónimo de este tipo accesorio. Su rango de color es amplísimo, pero los colores vitaminados, e incluso los sorbetes, son los que colocarán a la pieza en la primavera y la sacarán de lo evidente.
Unos ‘kitten heels’ en un color especial
No es ningún secreto que estos zapatos se han convertido en una de las grandes apuestas de Prada no solo para la temporada, sino para todo el año 2021: esos kitten heels fueron el calzado cumbre del desfile de primavera, que realizaron a cuatro manos Miuccia y Raf Simons. La silueta tiene las características clave del zapato destalonado de punta fina y tacón bajo, solo que hay dos añadidos que los han convertido en hipnóticos: el empeine mullido en el que aparece el nombre de la casa y el hecho de estar cortados en nylon de colores pastel. El negro parece quedar para los también ubicuos mocasines, mientras que el celeste, el azul marino, el rosa, el amarillo pálido o el naranja se erigen como los nuevos tonos básicos para hacer que los zapatos salgan del territorio de la neutralidad.
Un bolso con textura
Este modelo firmado por Fendi es, en realidad, un fondo de armario en materia de accesorios especiales que se adelanta a una de las grandes tendencias del otoño: las texturas grandilocuentes. La preferencia de las grandes pasarelas y marcas por los materiales que pidan ser acariciados (cosa curiosa dado el contexto sanitario y social) tiene mucho que ver con las implicaciones de la moda en el bienestar, la sensación de protección y el autocuidado, que también puede extender su influjo hasta cierto hedonismo. Al menos, esa es la impresión que se produce al ver no solamente tejidos de peluche o de punto grueso, sino de plumas volátiles.
Una bandolera icónica
Es cierto que la elección depende mucho de la escuela estética en la que se milite, pero es difícil encontrar un armario en el que no exista al menos un tipo de bolso bandolera: son el epítome de la practicidad. Con un tamaño medio y asa larga para poder llevarlo cruzado, los de querencia boho que dominaron parte de los 2000 han terminado dando paso a otros con cierta inspiración retro, como el de Celine. Este es uno de los modelos más destacados de la firma, y gracias a la lona estampada, también de los más versátiles (y eso sin tener que caer en la obviedad de los tonos oscuros y lisos).
Un bolso todoterreno en color pastel
Si hacía falta una última prueba que demuestre que un buen bolso que sea imperecedero y vaya con (casi) todo lo que ya está en el armario no tiene por qué ser negro o camel, es esta. Los celestes, rosas y amarillos, como este de Acne Studios, funcionan a la perfección con esas paletas de color neutras que suelen predominar en muchos guardarropas, y pone más fácil el aproximarse a la tendencia del color block, otra de las más relevantes de la temporada (y un truco de estilismo, en realidad, bastante atemporal). Para terminar de perfeccionar la ecuación, estos colores especiales pueden teñir, con permiso de los bolsos XS, los que son medianos o grandes y tengan detalles especiales como nudos y asas anchas: de este modo, se elimina cierto aire naíf y se suma sofisticación. Y sí, esa sensación se potencia si, además, se lleva como propone la marca: en la mano en vez de colgando del hombro.