Además de Cenicienta, cinco musicales modernos para saciar tus ansias de música pop

Viernes, 10 de septiembre del 2021

Han sido décadas y décadas de intriga pero parece que por fin lo hemos entendido todo. Por fin desenredamos los hilos, nos fuimos de cara, expandimos nuestras fronteras mentales y básicamente nos sacamos un palo del trasero para entender lo que es la música pop. Sí, nos tomó casi 100 años, pero por fin entendimos que el pop cobra miles de formas. Que el pop puede sonar como Lil Nas X, Bad Bunny o Blackpink. Que el pop no es un sonido, sino una respuesta a lo que el mundo quiere: hits. Y en ese sentido, ahora más que nunca, estamos viviendo -pero sobre todo entendiendo- su peak.
 
Ahora, no solo hablemos del pop en su forma musical. La industria del entretenimiento global se ha apropiado de esa etiqueta comercial conocida como “cultura pop” para hacer del mundo un lugar mejor. Y dentro de todo ello, quizás el subgénero que ha sabido aprovechar mejor las nuevas formas de entretenimiento y la reconfiguración del pop es la del cine musical, que pasó de ser un género gris y atorado en el pasado que aún dependía de clásicos como Singin’ In the Rain y Vaselina, a ser uno de los reyes indiscutibles de la taquilla.

El siglo XXI nos ha dado musicales hermosos en biopics como Walk the Line o Straight Outta Compton, dramedys como La La Land o Begin Again, musicales alternativos como Dancer in the Dark o God Help the Girl, y esencialmente decenas de subgéneros más, entre los que se encuentra el musical pop perfecto: un musical donde los protagonistas son estrellas mundiales, interpretando clásicos del pop en una producción que, además, se compromete con una narrativa.
 
En esa categoría aparece Cenicienta, dirigida por Kay Cannon y distribuida por Amazon Studios, que es el tipo de musical que tiene sentido perfecto en 2021. Camila Cabello haciendo de Cenicienta junto un elenco que incluye a Idina Menzel -ganadora del Tony y reina indiscutible del musical contemporáneo-, Pierce Brosnan, Minnie Driver, Missy Elliot, James Corden, Billy Porter y más, interpretando canciones originales e himnos del pop, entre los que aparecen “Material Girl”, “Somebody to Love” o “Let´s Get Loud”.
 
Pensando en Cenicienta, echamos la mirada a los últimos 21 años para desenterrar más historia pop. A continuación, otros cinco musicales modernos para saciar nuestras ansias de pop en todas sus variadas y refrescantes formas:
 
Moulin Rouge! (2001)
 
 
Hay una simple razón por la cual Moulin Rouge aparece encabezando este ejercicio: sin ella, no existiría esta lista. Y aunque su presencia es obvia, es tan obvia que simplemente no se puede obviar.
 
El musical ambientado en el Montmartre de principios del siglo XX es la piedra fundacional sobre el tipo de musicales que han hecho del pop una navaja suiza. Hablamos de un collage de elementos que una vez fusionados, son un viaje ácido a la vez que una obra de arte con guiños grotescos y cualidades hollywoodescas que, a la luz de todo lo que ha venido y hemos disfrutado después, se convirtieron en una indiscutible influencia estética y conceptual.
 
Si nos clavamos en su tratamiento visual y de producción, esta peli es el pináculo del sello campy nostálgico de Baz Luhrmann, que solo se hace más extravagante con un estilo de edición dosmilerísimo, y con dos de los actores más lisérgicos y versátiles de los 90: Nicole Kidman y Ewan Mc Gregor. Además, tiene ese dejo de mezcla cultural que solo se hace más evidente con su selección musical: su otro fuerte. Acá aparecen muchos de los más grandes hits de la música contemporánea, desarrollados, desde luego, como números musicales teatralizados y yuxtapuestos a la narrativa de Baz. “Like a Virgin”, “Nature Boy”, “The Rhythm of the Night” y decenas de canciones más hacen su aparición triunfal, aunque su cima particular es la reversión en tango de “Roxanne” de “The Police”. Por si fuera poco, su sencillo promocional -sí, “Lady Marmalade” de Christina Aguilera, Lil Kim, Mya y Pink- es una de las canciones más escuchadas del último par de décadas.
 
Sing Street (2016)
 
 
Pasarán años y las pelis coming of age donde los protagonistas transitan por su pubertad escuchando música rara y enamorándose de niñxs alt nunca dejarán de gustarnos. Es normal. Nostalgia en toda tu cara. Recuerdos de nuestra fallida adolescencia. Somos unos románticos del pasado. Pero, ¿qué puede hacer mejor a una película de este tipo? Ponle música ochentera y cobra tu cheque.
 
Sing Street es hermosa. No importa si tienes 10, 30 o 70 años. Hay algo en ese niño irlandés que te va a enamorar y te va a resultar familiar. La chica inalcanzable, el hermano mentor o hasta los amigos de la bandita, todos forman parte entrañable de una historia en la que los 80 también son un protagonista y donde la música juega un papel crucial. Básicamente, la línea del tiempo de este musical transcurre de acuerdo a momentos y canciones específicos de la época, que a su vez dan forma a canciones originales que se vuelven igual o más disfrutables que las que le dan procedencia. “Rio” de Duran Duran le da apertura al capítulo synth-popero del musical, mientras que “In Between Days” de The Cure hace lo propio con el rollo post-punk, solo por mencionar un par de ejemplos. El soundtrack de música original, por sí solo, también es un discazo.
 
Chi-raq (2015)
 
 
Queda claro que hoy en día no hay un fenómeno musical tan grande y universal como el hip hop. Se escucha en todo el mundo, en todos los idiomas y a través de todos los canales. Y no queda duda que ha llegado a ese punto de la historia gracias a las necesarias y pertinentes conversaciones sobre la liberación de los hombres y mujeres racializados del mundo.
 
Celebrar el amplio fractal formado por el hip hop, el r&b y la música afroamericana contemporánea a través de un musical es tarea para un solo hombre: Spike Lee. Aunque Chi-raq no es el primer ni quizás el mejor cigarro musical de Shelton Jackson -ahí cabe School Daze de 1988-, quizás sí es el más necesario y pertinente para su época. Desde luego, no solo por abordar satíricamente situaciones políticas que caen como anillo al dedo en el momento -en este caso, el uso y control de armas en los EE. UU. que ha llevado a Chicago a ser la ciudad más violenta del país-, pero también porque es un retrato poderoso de la música como elemento de fondo en un problema mucho más grande que nosotros. La música puede no ser protagonista, pero está siempre ahí, y entender que aún como elemento secundario juega un papel en la historia -sea la de Chi-raq o la nuestra-, es interesante. Incluye música de Nick Cannon, Jhené Aiko y R. Kelly, entre otros.
 
Across the Universe (2007)
 
 
Hay tantos musicales hechos con música de los Beatles que ya casi se convirtió en un subgénero por sí solo. Aún así, nunca es poco cuando se trata de la banda que básicamente legitimó la música de guitarras para convertirla en pop -hablar de sus controversiales raíces e influencias es otro tema-.
 
Este es un musical que celebra a Paul, John, Ringo y George no solo a través de su catálogo -que no es poca cosa, incluye 33 covers a canciones de los Fab Four-, sino por la atención al detalle que hay en ella. Cada segundo de la película tiene un guiño que remite a su obra, pues la trama está situada en un universo bizarro construido a través de sus temas y personajes. Obviamente la historia se pone muy melosa a ratos, pero parece ser lo de menos porque se abordan situaciones más complejas, como la crisis de salud mental provocada por la Guerra de Vietnam o la crítica a la revolución beatnik de los 60. Ya sin buscarle tantos pies al gato, también sale Bono reversionando “I Am the Walrus” y “Lucy in the Sky with Diamonds”. Todo bien.
 
Dreamgirls (2006)
 
 
Si hay un momento definitivo para el pop como lo conocemos hoy día, ese es Motown. Hablamos del sello que se encargó de integrar la música afroamericana al fenómeno conocido como “música popular” -que para ese momento, no era más que música legitimada por la raza de sus intérpretes. No solo eso, Motown es también la etiqueta que recibió el sonido nacido de las entrañas de una casa de Detroit que básicamente simplificó el soul y el r&b de las décadas anteriores a ello, y que fue una influencia definitiva en cientos de géneros posteriores.
 
Parte de esa historia está narrada en Dreamgirls, un film a clef basado en la historia original de Berry Gordy Jr. -fundador del mítico sello de la Ciudad Motor- y The Supremes, uno de sus actos insignia. Acá The Supremes se llama “The Dreams” y cada una de sus integrantes está interpretada por auténticas reinas: Jennifer Hudson hace a Effie White, inspirada en Florence Ballard; Beyoncé hace a Deena Jones, basada en Diana Ross; y Anika Rose hace a Lorrell Robinson, Mary Wilson en la vida real. A ese reparto se suman Jamie Foxx, Eddie Murphy y más, quienes interpretan números clásicos del musical como “I Am Telling You I’m Not Going” junto a canciones originales creadas a partir del sonido de Motown pero con un toque mucho más actual.

 

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