Miércoles, 23 de marzo del 2022
Hubo un día en que me pregunté ¿cómo saber si estoy sano y no tengo enfermedades? En ese momento, mi atención comenzó a centrarse en ciertos detalles a los que nunca había prestado atención: mi peso, mis hábitos de sueño, la calidad de mis alimentos, entre otros factores. Me di cuenta de que el buen aspecto externo no es suficiente para afirmar que estamos bien por dentro.
1. Puedes subir de dos a cuatro tramos de escaleras sin perder el aliento
Esta es una de las pruebas más sencillas que puedes llevar a cabo para comprobar si estás en forma: sube de dos a cuatro tramos de escaleras a paso seguro (si puedes trotar, mejor) y sin hacer pausas. Si llegas a la cima con el corazón agitado pero sintiéndote pleno y con la energía suficiente para repetir el ejercicio, es señal de que tus pulmones y corazón se encuentran saludables.
2. Dentadura fuerte, encías sanas y buen aliento
El estado de tu boca también es indicativo de una buena salud. Cuando tus dientes se encuentran firmes, tus encías tienen un color rosado y tu aliento es fresco puedes respirar tranquilo porque tu organismo está fuerte y sano.
3. Te despiertas sin necesidad de poner una alarma
Cuando tu reloj biológico se activa y te despierta sin que dependas del uso de una alarma, quiere decir que tienes la energía suficiente en tu organismo y que éste se encuentra descansado. Cuando tienes un cansancio excesivo y continuo que te impide despertar por más que quieras, conviene que hagas una visita al médico para checar tu estado de salud.
4. Tus emociones son estables
Nuestras emociones y la manera en que lidiamos con ellas también son reflejo de una salud integral. Es normal estar deprimidos, eufóricos, melancólicos o enfadados bajo determinadas situaciones, pero cuando aprendemos a manejarlas de la manera adecuada sin que se conviertan en un obstáculo en nuestra vida cotidiana, podemos tener la certeza de ser sujetos estables y sanos.
5. Produces una cantidad adecuada de cera en el oído
Es verdad que la cera del oído no es lo más agradable del mundo, pero es indicativo de que tu cuerpo funciona bien. Además de crear una valla eficaz contra partículas dañinas, la cera del oído también tiene propiedades antimicrobianas para evitar infecciones; también sirve como una barrera de sonido de protección para el tímpano.
6. Tienes un peso saludable
Los cambios en el peso de manera brusca pueden ser señales de alguna enfermedad seria. En cambio, cuando mantienes un peso constante, quiere decir que tu organismo se encuentra sano y fuerte.
7. Uñas fuertes y con buen aspecto
Las uñas de las manos y los pies pueden indicarnos cuando algo va bien o mal en nuestro cuerpo. Fíjate que luzcan fuertes, sin porosidades y con un color normal. Cuando su color y aspecto se altera, esto nos puede indicar la presencia de problemas en la circulación o en otros sistemas internos. Asimismo puede ser una señal de alguna deficiencia de vitaminas, por lo tanto, convendría que revises tu dieta.
8. Te sobra energía para hacer tus actividades diarias
Cuando nada te detiene en tus ganas de salir a correr, cumplir con tu horario de trabajo y hacer tu rutina de limpieza en el hogar, puedes estar seguro de que tu cuerpo está sano. Claro que todos nos sentimos cansados de vez en cuando o con pereza de hacer ciertas actividades. Pero cuando esto se convierte en una constante, debemos revisar nuestro estado de salud.
9. Comes bien y en cantidades adecuadas
Comer bien significa combinar todo tipo de alimentos en las cantidades adecuadas para llevar una dieta balanceada que te haga sentirte satisfecho. Cuando comes y comes sin sentirte saciado o abusas de los alimentos ultraprocesados deberías de hacer un alto en el camino y replantearte un cambio en tus hábitos alimenticios de la mano de un experto.
10. Defecas por lo menos una vez al día
Una buena salud intestinal se traduce en el número de veces que vas al baño. Ir repetidas ocasiones al día o pocas veces a la semana es indicativo de que las cosas no van del todo bien. Una vez al día es suficiente para saber que nuestro cuerpo está trabajando bien.
No defecar a diario puede ser una señal de que algo no funciona en tu proceso digestivo. Algunas causas podrían ser una deficiencia de magnesio, no digerir o absorber correctamente los nutrientes, o incluso el estrés.
Fuente: esquirelat.com
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