Lunes, 29 de agosto del 2022
La gente suele decir que los años 50 son la década que olvidó la moda: una era de conformidad en la que las lecciones de estilo no eran comunes y los hombres estaban atrapados en un uniforme de trajes grises conservadores y camisas rígidamente almidonadas. Sin embargo, un simple vistazo a los creadores de cultura de la época y a los protagonistas de la gran pantalla demuestra que la gran relajación de los códigos de vestimenta masculina —un movimiento que suele atribuirse a la década de 1960— ya estaba cobrando impulso.
De hecho, la mayoría de nosotros (a no ser que hayamos nacido hace más de 80 años) probablemente no seamos conscientes de la influencia que los años 50 siguen teniendo en la moda actual. Para recordarlo, echamos un vistazo a algunas de las grandes estrellas de la década y a las lecciones de estilo que podemos aprender de ellas.
Una camiseta blanca perfecta nunca te fallará
La década de los 50 fue la época en la que la camiseta blanca sin mangas se deshizo de sus connotaciones militares y se convirtió en una orgullosa prenda de vestir. Sus mayores defensores fueron Marlon Brando, quien estrenó la suya al interpretar a Stanley Kowalski en Un tranvía llamado deseo, y James Dean, quien se enfundó en la suya como Jim Stark en Rebelde sin causa.
La ropa deportiva retro siempre es opción
El futbolista brasileño Edson Arantes do Nascimento, mejor conocido como Pelé, nunca ha sido celebrado como un icono de estilo, pero para nosotros —en los años 50— era una potencial leyenda sartorial. La ropa deportiva del prodigio fuera del campo se consideraba bastante revolucionaria y —haciendo un guiño a su posición en el campo— bastante vanguardistas.
Una camisa hawaiana es inmejorable
Si hay dos personas que pueden mantenerse elegantes mientras lucen camisas con palmeras tropicales y estampado de bambú, son Clift Montgomery, quien abrió el camino de los patrones exóticos en la película de 1953 De aquí a la eternidad, y Sidney Poitier, quien las popularizó en la película Los lirios del valle, por la que ganó un premio de la Academia.
Inspirada en las camisas hawaianas (que los militares llevaban al regresar de la isla tras la Segunda Guerra Mundial), esta prenda de vestir con vivos estampados se convirtió en un elemento básico de la moda masculina a principios de los años 60.
Olvídate de los skinny jeans, los pantalones plisados son lo mejor
Obra maestra, solo así podemos describir este elegante y holgado conjunto que lució el actor William Holden en la puerta de su casa en 1953, quien poseía cierta habilidad para balancear las prendas, además marcó el comienzo de un movimiento sartorial revolucionario: el smart casual.
Después de la guerra, figuras como Gregory Peck y Elvis Presley abrieron el camino a la relajación de los códigos de vestimenta formal para los hombres, sustituyendo los sombreros por peinados bien cuidados, y las camisas de franela por chaquetas de lino con estampados. Podría decirse que el ejemplo de este tipo de sastrería es Gregory Peck, el melancólico protagonista de la exitosa película Matar a un ruiseñor.
En la moda masculina actual, la sastrería holgada y louche está presente en todas partes.