Jueves, 6 de abril del 2023
Los BPM son la solución a tus problemas de entrenamiento. Todos lo hemos experimentado por lo menos alguna vez en la vida: ese momento en el que no tienes ganas de hacer ejercicio, pero lo intentas, pones una buena playlist y de pronto te descubres escuchando “I Was Made For Lovin' You” de Kiss mientras superas tu récord de levantamientos en el gimnasio.
En realidad, hay muchos factores por los que esto sucede, pues cuando superas el lumbral de la pereza tu cuerpo comienza a producir altos niveles de las famosas hormonas de la felicidad: dopamina y seratonina. También se debe a la música, ya que es un elemento que modifica cómo nos hace sentir el ejercitarnos, nos inspira, nos distrae del dolor y nos ayuda a mejorar el rendimiento. ¿La clave? El tempo.
(Fuente: Quetalmagazine)
Si bien podría parecerte que el tempo es un término que sólo músicos y entusiastas de Beethoven debería conocer, lo cierto es que como atleta también representa una importante herramienta para mejorar tu experiencia a la hora de entrenar. Por eso, hemos reunido todo lo que necesitas saber sobre el tempo, los BPM y su relación con el rendimiento.
¿Cómo funcionan los BPM?
BPM (beats por minuto). Cada canción posee un promedio de BPM, y aunque no hay un intervalo exclusivo para ciertos géneros musicales, el reguetón y el heavy metal son algunos de los cuales poseen más de 100 BPM.
Pero, ¿cómo afectan los BPM en la calidad de tu entrenamiento? Diversos estudios han confirmado que el cuerpo humano tiende a sincronizarse con el ritmo de la música. En 2006, el académico Javier Yanguas Leyes publicó el artículo Influencia de la música en el rendimiento deportivo, en él se reúnen una serie de estudios que confirman la hipótesis de que el ser humano posee una predisposición innata e inconsciente a sincronizar movimientos corporales con el ritmo de la música. Además, existe suficiente evidencia para señalar que la presencia de ésta atenúa la sensación de cansancio en el individuo.
(Fuente: Quetalmagazine)
Dentro del conjunto de estudios que Yanguas reúne, también se comprueba que los sujetos que realizan actividad física mientras escuchan música con más de 100 BPM muestran un mayor despunte en su rendimiento. Por ejemplo, aquellos sometidos a un experimento en una bicicleta estática, aparentaron hacer un esfuerzo extra, lo que se tradujo en un pedaleo más intenso. Dicho en otras palabras, la música sirve como una partitura que dicta el ritmo con el cual realizamos cierta actividad —como sucede al bailar.
¿Cómo llevar la ciencia a la práctica?
Ahora, por muy obvio que parezca, es posible que algunos continúen preguntándose cómo mejorar su carrera o sesión de pesas. El truco, según la ciencia, es escuchar música que no sólo sea de tu agrado o que simplemente te motive, también es útil optar por una playlist cuyo promedio de BPM sea mayor a 100.
Sin embargo, debes saber que, al igual que toda sesión de entrenamiento, es importante tomarse el tiempo para entrar en calor. Si bien ya has integrado un calentamiento, será mejor que consideres dejar la playlist modo bestia para el comienzo de la carrera o rutina de gimnasio. Mientras tanto, puedes elegir un soundrack más tranquilo y darle tiempo a tu cuerpo para entrar en acción.
(Fuente: Quetalmagazine)
Tanto Apple Music como Spotify poseen algunas playlists útiles. Desde clásicos del rock hasta la clase de reguetón que probablemente no escucharía en el auto con tu madre, existen muchas opciones que te ayudarán a mejorar tu rendimiento físico. Dale gracias a la ciencia.
Fuente: GQ.com