Lunes, 24 de abril del 2023
Se ha llamado sobrecarga digital a esa sensación de agotamiento que sienten las personas cuando pasan demasiado tiempo en la computadora, trabajando, contestando algunos correos o incluso viendo redes sociales y buscando información en internet.
La sobrecarga digital ocurre por muy diversos motivos, pero su popularidad aumenta en nuestra sociedad debido a que para casi todas (nos gustaría atrevernos incluso a decir, todas) las actividades que realizamos a diario, recurrimos a la tecnología. Es difícil imaginar una forma de pasar el tiempo, de resolver pendientes o de comunicarnos si no es a través de una pantalla, al menos en la vida de las ciudades y de la modernidad.
Por lo anterior, es natural que muchas personas comiencen a sentirse agotadas, tanto, que incluso se considera que la generación de los millenial también podría llamarse la “generación agotada”. Pero ¿qué es la sobrecarga digital y cómo es que nos hace sentir tan cansados?
Cómo reconocer la sobrecarga digital
Prisa constante por responder
Cuando vivimos bajo una sensación de sobrecarga digital, es probable que tengamos la idea constante de que debemos responder rápidamente a los mensajes o correos que recibimos. Por ejemplo, llegar al punto en el que cada vez que suena alguna notificación, contestemos al momento. Esto nos termina por agotar, pues la cantidad de mensajes o correos que recibimos en un día es muy grande, y no podemos tener la energía para estar siempre disponibles y contestar de inmediato sin terminar por cansarnos.
De hecho, una investigación de las científicas Laura Giurge y Vanessa Bohns demostró que existe un concepto llamado el “sesgo de urgencia del correo electrónico”, mediante el cual, cuando la gente recibía correos fuera de horario laboral, una situación que se ha acentuado con el home office, sentía la presión de responder de inmediato, pues tenían el pensamiento de que los remitentes querían una respuesta rápida. Sin embargo, no siempre era así. Por eso, actualmente muchas personas han optado por añadir leyendas a su correo expresando que no hay prisa por responder, como la de “No es urgente, revísalo cuando puedas” o la de “Puede que mis horarios laborales no coincidan con los tuyos, no te sientas obligado a responder fuera de horario laboral”. Este tipo de mensajes han demostrado reducir el estrés y la ansiedad en las personas y, por lo tanto, la sobrecarga digital.
Exceso de información constante
A esta sensación de prisa constante por responder, habría que sumar el exceso de información que recibimos de forma constante al ser usuarios de internet y de la tecnología en general. Imaginemos que sentimos presión por responder a todo lo que vemos, pero encima de eso, vemos millones de cosas cada minuto. ¿Cómo no vamos a sentirnos abrumados cada vez que recorremos algún espacio digital? La sobrecarga digital también se vincula a esta dificultad que representa para la mente el tener que procesar tantos estímulos con velocidad.
Además, esta característica del flujo de información virtual también tiene consecuencias importantes en nuestra energía y mente, como reducir la capacidad de concentración de las personas y dificultar sus procesos de memoria. Las interrupciones constantes por sobreestimulos hacen que nuestro pensamiento no siga un curso natural y terminan por hacernos sentir que hicimos mucho, aunque completamos poco.
Ante esto, es recomendable hacer ejercicios de concentración y dedicarle tiempo a lo que nos gusta. Incluso, algunas empresas están promoviendo que los correos electrónicos y mensajes se respondan durante determinado horario de la jornada laboral, para evitar la constante sobreestimulación y poder ordenar en qué nos concentramos.
Valor a la inmediatez
Otro punto importante para reducir el peso de la sobrecarga digital en nuestra era, es que eliminemos de nuestra percepción y cultura el culto a la inmediatez. Muchas veces pensamos que las respuestas inmediatas son signo de interés o de esfuerzo, pero no necesariamente es así. Debemos valorar el tiempo individual lejos de la pantalla por encima de la necesidad de hiperconexión desde ese nivel, para que así nos sintamos menos cansados como generación. Hay muchas formas de ser atento y amable, y no todas se basan en la velocidad.
Fuente: GQ.com