Miércoles, 7 de junio del 2023
Los encuentros románticos y espontáneos no funcionan para coquetear con una mujer. La amante de las comedias románticas que vive dentro de mí desearía desesperadamente que lo hicieran, pero, por desgracia, no es así. Al igual que no vivimos en un mundo en el que JLo sea creíble como paseadora de perros, tampoco vivimos en un mundo en el que acercarse a un desconocido en la sección de frutas y verduras del supermercado sea romántico.
Entonces, ¿cómo se supone que debes conocer gente nueva? Mi respuesta es: despacio. Esa es la respuesta que nadie parece querer oír. En las películas, la gente coquetea con desconocidos en lugares públicos porque solo tienen 90 minutos para vivir todo un arco dramático (quizá con la excepción de Cuando Harry conoció a Sally, nadie quiere ver cómo una pareja se conoce varias veces y poco a poco se da cuenta de que son algo más que amigos). En la vida real, ligar con desconocidos no suele llevarte a ninguna parte.
Eso no significa que no puedas volver a hablar con un desconocido sin una presentación: esto no es la Inglaterra de la época de la Regencia. Solo tienes que ser consciente del efecto que produces. La regla de oro de todo intento de encuentro romántico es: Acepta un “no” por respuesta, desde el comienzo. Y no solo los “no” explícitos. Hay cosas no tan sutiles que también significan “no”, y también deberías aprender a escucharlas.
Las señales que todo hombre debe comprender
Si decides coquetear con una mujer en un entorno no romántico (por ejemplo, en la gasolinera, en el lugar de un accidente que acabas de provocar o en una cafetería donde está leyendo tranquilamente sola), debes tener mucho cuidado al interpretar la situación. De nuevo, estos lugares pueden parecer propicios para los encuentros en las películas (la yuxtaposición de un momento romántico y un lugar poco romántico), pero en el mundo real son lugares donde las mujeres suelen estar solas. Esta dinámica probablemente hace que tú, el que se acerca, te sientas menos amenazado, pero hace que ella, la abordada, se sienta como si estuviera en la cocina de Parque Jurásico con velocirraptores rascando las perillas de la puerta. Si ella continúa en sus asuntos, aunque note que intentes acercarte, es una buena señal de que (¡sorpresa!) no está interesada. Déjala que siga con lo suyo. Del mismo modo, si te da respuestas cortas, de una sola palabra, y no te hace ninguna pregunta sobre ti, también es una buena señal de que no está interesada.
Digamos que estás de compras en una tienda de muebles y cosas para el hogar, cuando de pronto te acercas a una mujer linda. Supongamos que ella se queda quieta y parece realmente fascinada (no asustada) por tu comentario sobre cómo no entiendes los cojines. De acuerdo, mantén la conversación, pero si ella continúa caminando, no la sigas. Nunca sigas a una mujer. Si dejas a una mujer sin un escape fácil de interactuar contigo, lo estás haciendo mal. Esta es también la razón por la que nunca, nunca, nunca debes coquetear con una mujer mientras está en el trabajo. Ella no está interesada en ti, está haciendo su trabajo. Le pagan por ser amable contigo.
En un momento u otro, todos hemos sentido una conexión con la cajera de un establecimiento que nos sonríe alegremente, pero en realidad no les importa. Les pagan para que la gente se sienta cómoda en el establecimiento. Tu peluquera tampoco te está coqueteando, está intentando asegurarse de que su calificación en Google Maps no bajen. Seguro que coquetear con alguien en cualquiera de estos casos te parece “inofensivo”, una palabra que los hombres usan con desenfreno. Pero no lo es. De hecho, puede asustar mucho a las mujeres. Si te acercas a mí en la sala de espera del dentista, automáticamente asumo que eres un asesino en serie. Y dejando a un lado el extremo Bundy, es realmente molesto tener que hacer una pausa en tu día para que un hombre al que nunca has conocido te diga que, basándose literalmente en nada más que tu aspecto, quiere “conocerte”.
Hay, por supuesto, lugares en los que es más apropiado acercarse a desconocidos. Hasta cierto punto, los bares, conciertos, eventos deportivos, festivales, fiestas, bodas y similares son lugares en los que es de esperar que te coqueteen, aunque no siempre son bienvenidos. Que intenten seducirte en estos lugares y eventos es a la vez más aterrador, porque es más probable que estés bebiendo, y menos aterrador, porque es menos probable que esté allí sola.
Las mujeres solemos utilizar a nuestros amigos como compañeros de seguridad cuando salimos. Casi puedo garantizarte que en algún momento has visto a mujeres ir al baño en grupo para salvar a una de sus amigas de un tipo que no la deja en paz. No solo es menos probable que los hombres hagan cosas espeluznantes delante de otras personas, sino que el mero hecho de tener amigas cerca en un bar da a las mujeres un montón de planes de escape.
Si alguna vez una mujer te dice que tiene que ir a “buscar a su amiga” déjala ir. De nuevo, no la sigas; no te ofrezcas a ayudarla a encontrar a su amiga. No la estás obligando a volver con sus amigas. Tenemos un montón de señales para hacer saber a nuestras amigas cuando nos estamos divirtiendo con un chico, o si necesitamos ayuda para despedirnos de él. Si estás bailando con una chica y su amiga no deja de interponerse o de agarrarla de la mano para apartarla, su amiga no te está fastidiando, es probable que tu pareja de baile lleve un rato intentando alejarse y tu ni siquiera lo notaras.
E incluso sin la ayuda de una amiga, hay muchas señales a las que puedes estar atento. Si una mujer dice que va al baño y no vuelve, no des vueltas por el bar buscándola. Y si te ofreces a invitarle una copa en un bar y ella dice que no ha terminado la última, eso significa “no”. No le invites un trago entonces, y desde luego no te ofrezcas a invitarle la siguiente. Por último, si una mujer dice que está cansada o que cree que se va a ir a casa, no es una oportunidad para invitarla a salir o le ruegues que se quede un momento más. Dile: “Vale, cuídate” y deja que se vaya sin avisar.
Las mujeres te dan pistas, y con frecuencias son bastante claras. Aunque muchos hombres tienen buenas intenciones cuando ligan con mujeres, a menudo parecen no entender lo aterrador que puede ser que se te acerque un desconocido. Muchos hombres también subestiman cuántas malas experiencias han tenido la mayoría de las mujeres al rechazar a un hombre. No es que no nos gustaría poder decirles a todos, directamente, “déjame en paz” o “no me importa lo que quieras decir, solo quiero ir a bailar”. Solo sabemos que si somos lo bastante aburridas y seguimos dando respuestas de una sola palabra, es posible que pienses que fue idea tuya dejarnos en paz, lo que es menos probable que cause que te molestes, te pongas agresivo o incluso violento.
Existe el mito generalizado de que la persistencia es sexy, pero en realidad es espeluznante. Te prometo que si interpretas mal las señales y abandonas una conversación demasiado pronto, una mujer que esté sinceramente interesada en ti irá a buscarte al otro lado de la barra.
Fuente. gq.com