Sábado, 29 de julio del 2023
Alguna vez te has preguntado ¿cuáles son los mayores errores que cometen las parejas? Estar en una relación es complicado y tratar con alguien que no es uno mismo mientras se intenta construir cada día una vida con él o ella, que se ajuste a los sueños en conjunto, es realmente un reto.
Como tal, al tratarse de dos seres humanos compartiendo la mayoría de aspectos de su vida, ninguna relación está exenta de errores. Pero lo que caracteriza a una pareja sana, de una que no lo es, es la conciencia de quienes forman parte de ella. Cometer un error es humano, ser consciente de él para no volver a repetirlo es casi una facultad divina.
O al menos esta es la opinión de la doctora Caitlin Cantor, terapeuta sexual de Filadelfia (EE.UU.), quien en la revista Psychology Today enumeró los siete mayores errores que pueden cometer las parejas.
“En mi carrera, he visto los mismos errores repetidos muchas veces por muchas parejas”, escribe Cantor. “Estos errores, o patrones disfuncionales de relación, causan desconexión y daños en la relación. El primer paso hacia una relación más sana es tomar conciencia: empezar a darse cuenta de cuándo se cometen esos errores. A partir de ahí, deja de cometerlos y sustituye esas pautas inútiles por opciones más sanas. Sin conciencia, no hay elección. Reducir el número de veces que cometes alguno de esos errores marcará una gran diferencia en la salud de la relación. No hace falta cambiarlo todo de golpe. Con un poco de esfuerzo se llega muy lejos.”
He aquí los mayores errores que cometen las parejas y cómo darse cuenta de ellos.
Hacer suposiciones o supuestos
Si no le pides a tu pareja que te confirme lo que suponías y sigues viviendo con suposiciones, estás teniendo una relación contigo mismo, no con tu pareja.
Ser relacional significa incluir al otro en tu comprensión de él y de tu relación. Suponer es exactamente lo contrario. En una relación, por supuesto, siempre debe haber confianza en que el otro no está mintiendo, pero debe haber una honestidad transparente entre ustedes. Si surgen mentiras, debes preguntarte por qué existen entre ustedes y trabajar para erradicarla desde los cimientos.
Culparse mutuamente
Siempre eres responsable de tu propio comportamiento. Siempre puedes elegir lo que haces, aunque no siempre lo parezca. Culpar a tu pareja limita tus posibilidades de cambio, crecimiento y evolución, llegando a hacer un poco tóxica la relación. Ambos tienen un papel en la creación de la dinámica de pareja. Te sirve a ti y a tu relación asumir la responsabilidad y trabajar en ella lo mejor que puedas, pues culpar al otro no sirve a nadie, al contrario, alimenta un círculo vicioso de resentimiento, falta de diálogo y luego involución.
Evita las conversaciones difíciles
Hay confrontaciones que sabes que no puedes evitar y hay confrontaciones que son buenas tener como pareja. Sin embargo, las evitas, por miedo a aventurarte en una dificultad más grande que tú, o por miedo a abrir la caja de Pandora. Pero al ignorarlos, tus problemas se hacen más grandes, no más pequeños. Ármate de valor y afronta tus problemas, tomándote tu tiempo para hacerlo, sin prisas, pero con ganas de cambiar lo que no funciona. No prolongues situaciones que no son transparentes.
Tratarse como roomies
La cohabitación es una condición hermosa, siempre que la alimentes con amor todos los días. Pues esta situación podría terminar en dejarse llevar por la rutina y en poco tiempo convertirse en roomies, en lugar de cómplices y amantes. No dejen de pedirse citas. No dejen de darse pequeñas sorpresas diarias.
No dejen de dar prioridad a su relación y al tiempo que pasan juntos, no dejen de escucharse el uno al otro. Si no se comprometen a mantener el amor vivo en la relación, no habrá romance.
Nunca disculparse
Decir “lo siento” sirve de mucho. Cuando dices esta poderosa frase, estás mostrando a tu pareja que estás asumiendo la responsabilidad de tus actos.
Reconoces sus heridas y el papel que has desempeñado en causarlas. Demasiadas parejas se preocupan por quién tiene o no razón y se ponen a la defensiva, lo que hace imposible resolver los problemas. Pero lo cierto es que en el amor no hay bien o mal, sino lo que haces y dejas de hacer conscientemente.
Esperar que el sexo sea siempre espontáneo
Todos llevamos una vida ajetreada y si las cosas no se planifican y priorizan, tienden a no suceder. Programar momentos íntimos juntos puede tener implicaciones sensuales que el sexo espontáneo no puede alcanzar. Considera la posibilidad de anotar en la agenda uno o varios encuentros calientes a la semana, esto puede ayudar a mejorar tu relación en pareja y ser más felices, porque una pareja consolidada no necesita romanticismo, necesita estar junta. Todo lo demás viene después.
Responsabilizarte de las emociones de tu pareja
Cuando se ama, no se quiere herir al otro. Por eso uno tiende a ocultar emociones, opiniones, ideas con el temor de que expresarlas pueda repercutir negativamente en su pareja. Pero cuidado: lo que siente la otra persona es responsabilidad suya. Tenemos la responsabilidad de decir siempre las cosas de la manera correcta, de forma amable, educada, asertiva, proactiva, por el bien de la pareja. Si esto ocurre, el otro asimilará lo que ha oído y se sentirá motivado para no hacer lo que ha hecho porque no querrá hacerte daño a su vez. No es nuestro trabajo impedir que nuestra pareja sienta sus sentimientos, pero sí es nuestro trabajo —de ambos— trabajar en nosotros mismos, confiando en que el otro hará lo mismo, para tener dos individuos cuya meta fundamental sea el camino que están construyendo juntos.
Fuente. gq.com