Miércoles, 16 de agosto del 2023
Convivimos en nuestro hogar con billones de bacterias que se encuentran sobre todo tipo de superficies, aunque en algunas zonas más que otras. La mayoría de ellas son beneficiosas, pero existen otras que pueden ser las causantes de diferentes enfermedades. Por eso, en determinadas zonas del hogar, es necesario mantener una buena higiene, con el objetivo de reducir el riesgo.
Estas son las zonas de la casa que más bacterias acumulan:
La cocina
La cocina es el lugar de la casa en el que más bacterias hay, y por varias razones. En ella podemos encontrar organismos vivos de la comida en condiciones como la humedad, lo que favorece la proliferación de gérmenes. Destacan las tablas de cortar, donde se manipula una gran variedad de alimentos como la carne cruda. Este es el motivo por el que se recomienda utilizar diferentes tablas para evitar la intoxicación, e incluso la contaminación cruzada.
Otra de las zonas que más acumula es la nevera, donde se almacenan los alimentos. Por eso, es muy importante que esta esté siempre limpia, lo que se puede lograr con una mezcla de agua y vinagre y ayuda de un paño suave.
Aunque si hay que destacar un lugar, es el fregadero, donde se mezclan los restos de comida de los platos, los estropajos, la cubertería sucia... y todo ello bajo el agua del grifo que cae cada poco y mantiene húmeda la zona.
El baño
El cuarto de baño es otra de las zonas por excelencia donde se acumulan más bacterias. Y dentro de él, destaca el inodoro, donde proliferan más gérmenes. No en vano recibe los desechos de todos los habitantes de la casa, además de tratarse de una zona bastante húmeda en la que es muy fácil que se multipliquen las bacterias.
Junto al inodoro, otros focos de gérmenes son los grifos que utilizamos con las manos sucias constantemente y el vaso donde se ponen los cepillos de dientes y los propios cepillos, que además luego nos llevamos a la boca. Todo ello hay que limpiarlo de forma diaria.
Sala
La sala no acumula tantas bacterias como las anteriores estancias, pero también puede ser un punto conflictivo y hay que prestarle atención. Las zonas que requieren más limpieza son los textiles, con los que estamos más en contacto directo. Es lo que ocurre con el sofá, por ejemplo, donde nos sentamos con ropa de la calle, y a veces también lo hacen las mascotas.
Por este motivo, se debe incluir la desinfección de sofás y almohadones en la rutina de limpieza habitual. Es importante tener en cuenta el tejido del que esté compuesto el sofá antes de aplicar cualquier producto, debido a que algunos materiales pueden resultar dañados si se aplican químicos.
Habitaciones
En el caso de las habitaciones, los focos más importantes son los textiles y el colchón. Dentro de los textiles hay que limpiar correctamente las sábanas cada pocos días a una temperatura alta y las alfombras aspirarlas y aplicar un producto específico de manera recurrente.
En el colchón es donde más gérmenes se pueden encontrar, por lo que uno debe asegurarse de que estén limpios y desinfectados en todo momento. Si no se ha ensuciado específicamente, se recomienda desinfectar el colchón cada seis meses.
Fuente: La Vanguardia