Domingo, 20 de agosto del 2023
¿Te consideras perfeccionista? ¿Crees que eso es bueno? Pues aunque no lo creas, hay una delgada línea entre serlo y padecer un trastorno de personalidad obsesivo.
Dato curioso: hasta el 10% de la población puede sufrirlo en mayor o menor grado.
La persona que presenta este trastorno tiene la necesidad de que todo esté perfecto y bajo control ; detesta las sorpresas, ya que éstas implican que algo puede salir mal.
En su mayoría, las personas “perfeccionistas” (virtuosas) no ven un problema en ser de esa manera, salvo que llegue a un grado extremo que interfiera en la relación con un ser querido o le cause un conflicto laboral fuerte.
Dependiendo del nivel de obsesión , así será su grado de ansiedad. Cuando su escala es muy alta, nada, absolutamente nada, puede quedarles sin atar.
Curiosamente, el resultado de que no todo pase como lo planean, lo visualizan mucho más “catastrófico” de como sería realmente si sucediera lo que tanto temen. Piensan en una situación negativa hasta en sus últimas consecuencias y, sólo de imaginarlas, sienten muchísimo malestar y ansiedad.
Es gente a quienes les cuesta delegar y confiar, prefieren trabajar a su manera y hacer la labor de otros que vivir con la incertidumbre de que lo pueden hacer mal y arruinar.
Los pacientes que sufren este trastorno no van al especialista porque están convencidos de que gracias a que son así de “perfeccionistas”, las cosas les han funcionado. Y puede que tengan razón, seguro que han perdido menos vuelos, son súper organizados y han entregado siempre en fechas sus proyectos y han padecido menos carencias económicas que los demás. Pero la pregunta es: ¿a qué precio? Desagraciadamente uno muy alto a nivel emocional y de bienestar, que van pagado y que también va aumentando cada vez más. Diferencias cruciales
Por cierto, como siempre sucede con la salud mental y padecimientos de los que nos vamos informando todos los días, es importante no reducir estos conceptos a situaciones donde simplemente te gusta el orden o eres muy organizada.
Un trastorno mental no es cosa de juego; es un padecimiento que implicará tratamiento psicológico y cambios drásticos en la vida del paciente y de sus seres más cercanos. ¡Seamos conscientes y empáticos con estas situaciones!
Fuente. glamour.mx
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