Viernes, 3 de noviembre del 2023
Seguramente ya conoces las green flags y las red flags, pero también hay que hablar de las beige flags y lo dañinas que pueden llegar a ser para las relaciones, incluso cuando en un principio no son o no suenan tan malas como las rojas.
Las beige flags, que es un término que recientemente se volvió viral en redes sociales (aunque no es algo exactamente nuevo), se refieren a las pequeñas cosas que no son exactamente buenas, pero tampoco son terribles, son comportamientos o cosas que tal vez no te encantan de una persona o una relación, pero que no son tóxicos, manipuladores o narcisistas, así que solemos aceptarlos o no darles importante.
Una beige flag, por ejemplo, puede ser cuando una persona es desordenada y la otra no, cuando alguien siempre se termina la leche y no mete una nueva al refrigerador, u otras cosas que no parecen ser tan problemáticas y que no son factores decisivos para renunciar a la relación.
Lo que pasa con las beige flags es que, en algunos casos, son una especie de precuela para las banderas rojas y, de acuerdo con Psychology Today, hay algunas que son peores de lo que parecen y que pueden convertirse en red flags rápidamente (digamos que es como ese cuento en el que el lobo se disfraza de oveja y nadie se da cuenta hasta que ya es demasiado tarde).
Las beige flags que peores que las red flags, según la psicología
Como explica el psicólogo Mark Traverse Ph. D., en Psychology Today, las banderas rojas son las más peligrosas y a las que debemos estar más atentos, pero no hay que ignorar las beige, de lo contrario se pueden salir de control, y hay dos casos en especial donde todo puede convertirse en un gran problema, porque como dice el experto “son peculiaridades que parecen inocentes al principio, incluso entrañables, pero que podrían insinuar incompatibilidades más profundas a medida que la relación madura”.
No cumplir las promesas pequeñas
La primera beige flag que es más dañina de lo que parece es la falta de compromiso con las promesas más simples, como el no regresar una llamada que se había pactado, faltar a un plan que se había organizado o pasar a comprar el pastel para la fiesta que tienen ese día, o cualquier cosa que se dice que se va a hacer, pero no se hace.
Traverse dice que esto puede parecer un simple descuido y a veces sí lo es, pero, cuando esto es constante, puede ser una señal de que una persona no suele cumplir su palabra y que no tiene problemas para romper todo tipo de promesas y compromisos más grandes, y eso genera dudas y faltas de confianza, llevando a pensar que no puedes depender del otro o creer lo que dice.
Hay que entender y perdonar los olvidos accidentales, que se pueden dar por el trabajo, las responsabilidades o por estrés, pero hay que poner atención a estar seguros de que esto no es un patrón de comportamiento y que no hay algo más detrás de eso, como una falta de interés o una mala comunicación.
Presencia selectiva
Traverse dice que estos se refiera a cuando la pareja hace cosas como solo escuchar partes de la conversación y escapar mentalmente en otras partes, cuando solo acepta pasar tiempo juntos en ciertos momentos o con ciertas actividades que sí le interesan, pero busca pretextos o distracciones cuando las cosas no son como quiere.
El experto dice que, aunque hay momentos en los que esto no es realmente un problema y puede estar conectado con otras cosas (como estar pensando en una pendiente importante), está beige flag en realidad es un indicador de que no hay mucha empatía y de que la otra persona no ha hecho una inversión emocional en la relación y en su pareja.
Es normal que cada uno tenga cosas que no disfruta tanto o que no le gustan, pero las relaciones se fortalecen y los vínculos crecen con la comunicación y con el tiempo que se pasa juntos, y si esto no existe, entonces la relación no avanza.
Fuente: gq.com
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