Lunes, 13 de noviembre del 2023
Por excelencia, el vino es una de las bebidas consideradas por el imaginario como sinónimo de elegancia, haciendo que las reuniones más importantes se vean engalanadas con diferentes servicios de este manjar líquido elaborado a partir de los extractos de la uva. Sin embargo, a pesar de que se tenga un conocimiento generalizado acerca de la elegancia que posee el vino en sus diferentes presentaciones, aún existe un área gris en el saber acerca de los contenedores correctos para vertir esta bebida, ya que además de la presentación en la mesa, es importante tomar en cuenta factores como el tipo de crianza al que pertenece la cata para decidir cual es la mejor copa para servirlo.
Aunque, debido a la amplia variedad de estilos de vino es difícil conocer a simple vista cuál será la copa correcta para beberlo de manera apropiada, podemos establecer una relación básica existente entre el tipo de copas y los distintos estilos de bordó.
Copas para vinos tintos
Es ideal que los vinos provenientes de mostos de uvas tintas, sean servidos en copas con forma de Borgoña Tinto, es decir, aquellas con boca ancha, ideales para airear la bebida y poder retener el aroma que proviene de ella. Como ejemplos puntuales, podemos mencionar a vinos con mayor graduación alcohólica, como Cabernet Sauvignon, el Merlot y al Malbec, cuyo cuerpo se potencia a partir de la estructura y la forma de una copa Borgoña Roja.
Copas para vinos blancos
Los vinos blancos son aquellos elaborados en ausencia de hollejos, a partir de la fermentación del mosto, normalmente a temperatura controlada, principalmente con uvas blancas. Este tipo de bebida es ideal que se sirva en copas, más bien, pequeñas y estrechas, contrastantes con el tipo de copas que se utilizan para los tintos. El motivo de elegir este tipo de copas para el vino tinto tiene que ver con la necesidad de mantener a bajas temperaturas el líquido durante más tiempo. Igualmente, por esta razón, el tallo de las copas debe de ser más largo. El Chardonnay, el Sauvignon Blanc y el Pinot Grigio son todos tipos de vino que se deben servir en este tipo de copas.
¿Qué hay de los vinos rosados?
Por su parte, los vinos rosados, fermentados, al igual que el blanco, solo con el mosto pero que cuentan con una maceración inicial de varias horas, lo cual le otorga su característico color, deben ser servidos en copas de un tamaño ligeramente más grande que las del vino blanco y con una mayor abertura en el borde para percibir mejor sus sensaciones organolépticas.
Ahora ya lo sabes, no cometas el error de servir un vino en una copa que no corresponde y sorprende a todos tus invitados con tus conocimientos en enología.
Fuente: vanidades.com