Los tipos de prendas de abrigo y cómo elegirlos sabiamente

Jueves, 7 de diciembre del 2023

Hay un refrán que dice que el mal tiempo no existe, solo la mala ropa y las mejores prendas de abrigo para el invierno estarían de acuerdo, pero permítenos explicarnos. Los malos atuendos tampoco existen, solo las malas prendas exteriores. Con ambas ideas en mente, nos pusimos a buscar parkas, abrigos, chaquetas, gabardinas, bombers y demás prendas para el frío que no solo te mantendrán seco y abrigado durante la estación más brutal de la Madre Naturaleza, sino que también te aportarán una buena dosis de estilo.

Nos hemos esforzado al máximo para desglosar todos los tipos de prendas de abrigo para el invierno en una lista fácil de digerir, aunque hay que reconocer que sigue siendo abrumadora. Tanto si buscas una chaqueta aislante de nivel ártico, una parka ligera, pero resistente a la intemperie, un chaquetón resistente o un abrigo exuberante y lujoso, tenemos lo que necesitas para mantenerte seco y calientito hasta termine la temporada de frío.

 

¿Qué debes tener en mente antes de comprar una prenda de invierno?
La mejor prenda de abrigo para el invierno puede variar según la región en la que vivas y, por supuesto, tus necesidades. Es por eso que hemos enlistado los factores que deberías considerar antes de invertir en una prenda.


 

• Calor: El invierno es, como es sabido, frío. Pero una chaqueta de plumón de 1,000 pelusas puede no ser la más adecuada para ti. Las chamarras de invierno suelen estar forradas con un tejido que atrapa el calor, como franela cepillada, lana, forro polar o pana. Algunas incluso utilizan algún tipo de aislamiento, normalmente plumón de pato natural o un relleno sintético. El plumón de pato es más ligero y cálido en peso, mientras los rellenos sintéticos suelen ser más baratos y conservan la humedad.
• Impermeabilidad: El invierno suele ser húmedo. Ya sea por la lluvia o por la nieve derretida, así que lo más probable es que resulte útil algún tipo de impermeabilidad. Las chamarras resistentes al agua suelen utilizar algún tipo de revestimiento hidrófobo, ya sea un revestimiento sintético DWR (repelente al agua de gran durabilidad) o una cera, para evitar que el agua se filtre en la ropa. Ambos se desgastan con el paso del tiempo, pero pueden reponerse con productos disponibles en el mercado. Las chaquetas más técnicas utilizan costuras selladas y tejidos impermeables y transpirables como el Gore-Tex, que son excelentes pero más costosos.
• Resistencia al viento: El viento roba el calor que tu chaqueta intenta atrapar y conservar, por lo que la recomendación general es buscar chaquetas rompevientos de nailon o sargas de punto muy tupido.
• Transpirabilidad: Las chamarras transpirables pueden sonar contradictorias en un contexto invernal, pero el sudor atrapado se convierte en humedad que absorbe el calor si no puede escapar. Si vas a estar activo con tu chaqueta de invierno —ya sea de excursión, esquiando, o simplemente caminando mucho— querrás considerar priorizar un tejido exterior que deje escapar el aire caliente, como Gore-Tex o Pertex.
• Longitud: La longitud de una chaqueta determina el grado de exposición a los elementos del invierno. La mayoría de los impermeables son más largos para proteger el torso y las piernas de la humedad, pero muchas otras chaquetas de invierno son más cortas para facilitar el movimiento.
• Talla y peso: El chaquetón de lana promedio pesa bastante más que una chamarra de plumón. Probablemente no te cansarás de caminar con cualquier chaqueta de invierno, pero asegúrate de que te sientes bien cargando con ese grueso abrigo todo el día antes de derrochar en él. Del mismo modo, las chaquetas de plumón son agradables y caliientitas, pero también pueden ser un incordio para guardarlas en un closet estrecho o en el guardarropa pequeño del restaurante.
• Detalles: Ten en cuenta las características útiles, tal vez una chaqueta incluya una capucha o un forro desmontables que puedan prolongar el tiempo de uso en climas algo más cálidos. Y asegúrate de que te gusta todo, desde los herrajes (¿quieres una cremallera bidireccional?) hasta la ubicación de los bolsillos y las instrucciones de limpieza. Los tejidos elegantes son preciosos hasta que derramas ese Frappuccino y terminas gastando demasiado en la tintorería.


La gabardina
Dado que se diseñaron originalmente para mantener calientes y secos a los oficiales del ejército británico en las oscuras y húmedas trincheras de la Primera Guerra Mundial, estamos seguros de que estos abrigos clásicos podrán soportar casi todo lo que un húmedo día de febrero en la ciudad pueda depararte. Hoy en día, las gabardinas están disponibles en infinidad de cortes y tejidos: ¿con o sin botones? ¿Con o sin cinturón? ¿Gabardina de algodón repelente al agua o Gore-Tex impermeable? Pero el resultado final es siempre el mismo: lucirás elegante con una gabardina, tanto si te la pones encima de un traje como de una simple camiseta y unos jeans.

La chamarra puffer o de plumón


Una buena chaqueta como esta es sinónimo de funcionalidad: es la prenda a la que recurres en los días más fríos del invierno. Pueden estar rellenas de auténtico plumón de ganso o de aislante sintético como Primaloft, que aleja la piel desnuda del frío cortante y retiene el calor corporal. Algunos modelos son incluso plegables, lo que significa que puedes meterlos en una bolsita y guardarlos en la mochila cuando el tiempo invernal se acerque un poco más al otoño. Dejando a un lado los aspectos técnicos, eso no significa que tengas que sacrificar tu estilo para llevar uno. Más allá de los abrigos tipo saco de dormir de tu juventud, existe todo un universo de elegantes y estilizadas chaquetas puffers para los momentos más fríos. Depende de ti si te inspiras en el street style o en la estética normcore.


El abrigo
¿Recuerdas la idea de que los esquimales tienen 50 palabras diferentes para referirse a la nieve? Eso mismo nos sucede con este tipo de prensas. Llámalos abrigo o gran abrigo, balmacaan o chesterfield. La lista es interminable. Cada uno de estos estilos varía ligeramente, pero tienen un denominador común: son largos y están confeccionados con un tejido cálido y denso —generalmente lana o cachemira— que te mantendrá con un aspecto impecable frente a las bajas temperaturas. Son lo suficientemente amplios como para ponértelos por encima de una sudadera con capucha o incluso de un traje, o cuando el tiempo es algo más templado, por encima de una camiseta y unos jeans como si fueras corriendo de una puerta de embarque a otra en el aeropuerto de Los Ángeles.


El abrigo Duffle
Amado por generaciones de grandes británicos —desde Winston Churchill hasta el oso Paddington—, el abrigo de lana, con su pesado cuerpo de lana melton y sus encantadores cierres de palanca, parece más actual ahora que nunca. Es rústico y robusto, pero puede ser más refinado con los detalles adecuados. Apóyate en su estética preppy poniéndote una sobre un grueso suéter de cuello alto y unos mocasines de vestir.


La parka


Probablemente tuviste una gran parka en tus días de escuela, y su atractivo sigue siendo el mismo: son grandes, resistentes y quedan muy bien con cualquier prenda, desde unos jeans y unas botas desgastadas hasta unos pantalones de pana y un par de zapatos brogues, pasando por unos cargo con tenis de trail. Las parkas están diseñadas intrínsecamente con capucha. El resto queda en el aire. Se pueden rellenar con plumón o dejarlas sin forro, se pueden cerrar con cierre, abotonarse o simplemente llevarse encima. Pueden venir con capucha de fur o con capucha desmontable.


El chaquetón
El chaquetón tiene todas las características necesarias de un básico de la moda masculina: inicialmente se diseñó para los militares (la Marina de EE.UU., para ser precisos) y una vez lo llevó (diabólicamente bien) Steve McQueen. Suelen estar confeccionados con un tejido de lana Melton denso y ser tan grueso como para proteger del viento. También suelen ser de doble botonadura y quedan justo por debajo de los glúteos. Pruébalo con unos jeans ajustados, unas botas y unca camisa con cuello abierto para canalizar el estilo de los 70.


El abrigo largo
Estos abrigos, conocidos por sus siluetas largas y drapeadas, son el medio perfecto para aportar textura y fluidez a tus conjuntos de invierno. No te dejes engañar por su estética elegante lucirán igual de bien por encima de un traje como con un pants y una sudadera.


El abrigo camel

Un abrigo camel perfecto tiene algo que lo eleva al instante. A estas alturas ya llevan más de un siglo entre nosotros, pero ese tono tostado dorado sigue destacando cuando te adentras en un mar de aburridos abrigos grises y negros. Aunque su origen es literalmente la lana de camello, el estilo se ha convertido en sinónimo del propio color tostado claro. Y eso está muy bien, porque la lana de camello es un material caro, así que optar por una opción de color camel en una lana más convencional puede ahorrarte una buena cantidad sin sacrificar el estilo de la alta sociedad. Es sofisticado, llamativo y combina con todos los tonos de piel. Si nunca has tenido uno, ya es hora de que lo consigas.


La chamarra impermeable
Si eres más listo que nosotros y vives en algún lugar con clima templado todo el año, entonces, en primer lugar: ¿Por qué estás leyendo este artículo? Y en segundo, probablemente puedas arreglártelas con una chamarra impermeable ligera. Hoy en día, esta es una categoría bastante amplia. Pueden ser tan clásicos como una gabardina o tan resistentes como un anorak cargado de Gore-Tex. Incluso pueden ser una capa exterior ligera que te ayude cuando la lluvia no es tan intensa.


La chaqueta bomber
En lo que a tendencias se refiere, las chamarras bomber han caído bastante desde su apogeo a mediados de la década de 2010. En nuestra opinión, eso es bueno: son auténticas y atemporales, y resultan aún más atractivas cuando uno de cada tres tontos del bar no lleva una. Y teniendo en cuenta que originalmente estaban pensadas para evitar que los pilotos se congelaran a gran altitud, los artículos auténticos aportan más calor del que se les suele atribuir. Las chaquetas de alta calidad llevan puños de punto, piel de primera calidad y herrajes resistentes. Pero te sorprenderá lo buenas que pueden ser algunas de las opciones más asequibles.


La chaqueta de forro polar

Las chaquetas de forro polar no están explotando en tu feed de Instagram unicamente porque son bonitas y cómodas (para que conste, son bonitas y acogedoras). Cuando Yvon Chouinard, de Patagonia, empezó a confeccionar prendas con este tejido en los años 70, estaba enamorado de su combinación de durabilidad, ligereza, calidez y lavabilidad. (Son como el abrigo de lana 2.0.) ¿Y quién quiere pasar por la molestia de llevar su abrigo de lana a la tintorería? Puedes ponértelo por encima de una sudadera con capucha en la ciudad o debajo de una cazadora en un sendero nevado, y nunca te llevará por mal camino.


La chaqueta encerada
Si eres fan de The Crown, esta es para ti. Las cazadoras de algodón encerado, adoradas desde hace tiempo por la realeza británica y por los chicos cool de Brooklyn, son como unos buenos jeans: cuanto más tiempo las lleves, mejor te quedarán. Y dado que son lo bastante resistentes como para mantenerte a salvo de los elementos y se pueden volver a encerar hasta el infinito, te garantizamos que llevarás la tuya durante mucho, mucho tiempo. Puede que no sean las chaquetas más cálidas en la lista de prendas abrigo de invierno, pero algunas opciones están forradas textil polar para aportar calor extra. Otras opciones de chaquetas enceradas se pueden completar con forros acoplables, lo que aumenta su versatilidad para varias temporadas.

 

 

 

Fuente: gq.com

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