Miércoles, 14 de febrero del 2024
Ayer se celebró en el Continental Center, un rascacielos transparente con el skyline de Nueva York como telón de fondo, el nuevo desfile de Carolina Herrera. A pesar de que Wes Gordon lleva ya varias temporadas al frente de la dirección creativa, Carolina Herrera sigue muy de cerca cada novedad de la firma que lleva su nombre y por eso siempre hay reservado para ella un lugar en la primera fila. La diseñadora venezolana entraba en el edificio vestida con un conjunto en dos tonos de morado compuesto por una chaqueta con botones dorados y un pantalón de traje de silueta relajada. Lo combinaba con un bolso también en morado, con unos zapatos bicolor y unos guantes de piel blancos. Las clásicas perlas remataban su estilismo.
Ya en la planta 42 donde se había instalado la pasarela, la diseñadora posaba junto a su hija, Carolina Adriana Herrera, directora creativa de Fragancias de la marca, quien nos dejaba el look perfecto para lo que queda de invierno. Llevaba un pantalón negro acompañado de una camisa blanca con una gran lazada al cuello y por encima un abrigo en color camel largo y de silueta oversize. Los labios pintados de color rojo eran un accesorio más, que le daban el toque de sofisticación definitivo, junto a unos zapatos negros de punta fina y una cadena de eslabones gruesos y dorados en el empeine.
Junto a ellas se sentaron otros nombres célebres como el Demi Moore, Diane Kruger o Becky G para disfrutar de un desfile con todos los códigos de la casa Herrera y en el que la belleza como arma de poder definía la nueva colección. Así lo explicaba Wes Gordon a Vogue USA: “Esta temporada para mí realmente trata sobre la belleza como fuerza, la fuerza como belleza, rompiendo de alguna forma la idea de ambas son excluyentes. Creo que la belleza es poder y quería que cada look se sintiera poderoso”.
Este empeño del director creativo de Carolina Herrera se transformó en imponentes vestidos de noche con estampados de flores o con rayas en diagonal en blanco y negro, de tul rosa con capa, en diseños con escotes de palabra de honor en rojo o en otros ajustados y de color negro o blanco.
Para el día las prendas básicas, como los jerséis de cuello alto o las camisas blancas se transforman en las más sofisticadas al acompañarlas de faldas de volantes o telas brocadas. Vemos también conjuntos de chaqueta y pantalón con diferentes detalles de diseño que los hacen especiales, como los botones dorados, las bermudas o el volumen en los hombros.
La sencillez como máxima expresión de la elegancia y la reinterpretación constante de los clásicos es una de las fórmulas que Carolina Herrera maneja con maestría.
Fuente: vanityfair.com