Sábado, 30 de marzo del 2024
¿Por qué tiene que ser tan complicado descansar bien? Esa pregunta me ha quitado el sueño (literalmente, en algunos casos), y si la interminable oferta de tips para domir mejor en Internet sirve de indicación, sé que no soy la única. Debería ser tan sencillo como: Te sientes cansado, te acuestas y te despiertas renovado.
Desgraciadamente, como he aprendido por experiencia propia y editando innumerables artículos sobre la ciencia del sueño, hay muchos factores que pueden alterar ese proceso: problemas de salud, hábitos tecnológicos y el consumo de cafeína, por nombrar algunos.
El entorno también puede influir profundamente en la capacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido. Probablemente hayas oído el consejo habitual de mantener el cuarto fresco y lo más oscuro posible, pero hay otras formas de preparar tu espacio para el descanso, según Anita Yokota, LMFT, terapeuta convertida en diseñadora. ‘Quiero dar a la gente herramientas para que su casa pueda apoyar su bienestar mental’.
A continuación, Yokota da algunos consejos para convertir tu dormitorio en un santuario del sueño.
Se ha demostrado que los dispositivos que emiten luz azul despiertan el cerebro, pero si la idea de evitar por completo el teléfono o la televisión antes de acostarte te estresa (otro conocido perturbador del descanso), Yokota recomienda elaborar un plan que te ayude a pasar menos tiempo frente a la pantalla, lo que ella llama una estrategia del sueño.
‘Cuando hago esto con los clientes, les pido que definan lo que necesitan para dormir ahora mismo, así como lo que podría ayudarles a avanzar hacia un mejor descanso en el futuro’, dice. ‘Por ejemplo, sugiero que inviertan en SleepPhones o que prueben algo que induzca más al descanso, como una aplicación de ruido blanco o de meditación’, explica.
Yokota suele recomendar otro pequeño cambio: No prohíbas completamente el móvil al principio, pero ponte como objetivo dejarlo en otra habitación tres noches a la semana: ‘Me encanta añadir enchufes en el pasillo para animar a los clientes a deshacerse de sus teléfonos antes de entrar en el dormitorio y evitar así el scrolling nocturno o despertarse con Instagram antes incluso de que sus pies hayan tocado el suelo’, dice. También puedes enchufar el móvil al otro lado de la habitación, en lugar de en la mesita de noche, para distanciarte un poco del dispositivo.
Si haces estos pequeños ajustes tecnológicos, quizá pronto te encuentres deseando pasar las noches sin pantalla e incorporarlas más a menudo. ‘Una estrategia de sueño no es todo o nada’, dice Yokota. ‘Nos lleva de lo que no es ideal hacia lo que sí lo es’.
‘Me he dado cuenta de que mis clientes siempre parecen saber exactamente qué refrigerador quieren, por ejemplo, pero o bien no saben qué artículos necesitan para su dormitorio o están más que contentos de conformarse con su viejo colchón’, dice Yokota. El caso es que, teniendo
en cuenta el efecto positivo que un sueño de calidad puede tener en la salud mental y física, vale la pena invertir en la cama si se dispone de medios, añade.
Yokota sugiere empezar por la base: Si hace más de ocho años que tienes tu colchón, o simplemente no te resulta cómodo y sospechas que te está causando dolores y molestias, dedica un poco de tiempo a buscar uno nuevo. A continuación, haz lo mismo con la almohada. ¿Tiene más de un par de años? ¿Te despiertas con el cuello irritado? Probablemente ha llegado el momento de cambiarla. A partir de ahí, puedes considerar otros factores acogedores, como sábanas transpirables y una iluminación suave junto a la cama, dice.
‘Incluso si no puedes permitirte un colchón nuevo, puedes buscar un sobrecolchón o mejores almohadas para salir del paso’, añade Yokota. Básicamente, cualquier cosa que puedas hacer para que tu espacio sea más relajante y acogedor merece la pena.
Puede que no parezca que un montón de ropa sucia por aquí y un cajón de la mesita de noche abarrotado por allá puedan entorpecer tu descanso, pero Yokota afirma que un espacio desordenado no tiene nada de reparador, y si alguna vez te han entrado ganas de echarte una siesta al instante después de entrar en una bonita habitación de hotel, sabes que tiene razón.
Por eso recomienda una sesión semanal de limpieza y desorden; deshazte de todo lo que no necesites dentro y fuera de la mesita de noche, pon la ropa sucia en el cesto, aspira los pelos del perro... ya tienes una idea: ‘Cuando hago esto, la habitación parece más luminosa y abierta, y ambas cosas me hacen sentir más relajada’, dice.
Además de eliminar el desorden, Yokota señala que también puedes añadir elementos que te ayuden a conciliar el sueño, como un antifaz en el buró o un purificador de aire que te ayude a respirar y descansar mejor, lo que sea que te ayude a descansar bien.
Fuente: glamour.com