Un viaje hacia emociones más sanas y fuertes

Es sumamente común que, en alguna etapa de tu vida, exista tensión en la relación mamá e hija y sea inevitable cuestionarte cómo mejorar la relación con tu madre. Muchas ocasiones, pensamos que la solución vendrá de un factor externo, pero déjame decirte que no es así, las respuestas siempre vendrán del interior y la meditación es una gran herramienta para lograrlo.

Si bien los beneficios más populares de meditar son mantener la mente en calma, reduciendo el estrés y la ansiedad, el propósito principal de esta práctica no radica en mantener un estado constante de relajación, sino en tener la capacidad de entablar una conexión fuerte y sana con el Universo y contigo misma.

Al tener este vínculo tan fortalecido, la manera en la que afrontarás las situaciones y la respuesta que tendrás hacia los momentos de tensión, será mucho más humana, pues la meditación tiene la enorme capacidad de aumentar tu nivel de consciencia para hacer que tu percepción de los conflictos se transforme.

Cómo mejorar la relación con tu madre a través de la meditación

Sabemos que esta premisa puede sonar algo abstracta, pero te contaremos por qué la meditación te ayudará a mejorar la relación con tu madre y todas las demás que tengas.

Existen dos cualidades que la meditación desarrolla profundamente y son: la empatía y la respuesta consciente.

A pesar de que los seres humanos tenemos cierto grado de empatía cuando nacemos, la manera en que somos capaces de sentirla mucho tiene que ver con la manera en que hemos crecido y el contexto donde nos desarrollamos, el entorno no siempre nos da la experiencia necesaria para hacer de ella, el filtro con el que observamos la realidad.

Conforme tu práctica se haga más constante, comenzarás a ver que la empatía surge de manera natural ante cualquier situación y sentirás mayor conexión con las personas, especialmente con tu madre, pues tendrás la suficiente fortaleza para desprenderte del “yo” y ser capaz de entender su parte.

A medida que la meditación se incorpora en tu vida, existe un grado de consciencia mucho mayor y, además de empatizar con las emociones de tu mamá, también tendrás la capacidad de analizar qué está reflejando de ti ese conflicto: tal vez no tienes claridad en la forma que te comunicas o estás eligiendo la manera incorrecta de afrontar una situación. Pero la buena noticia es que junto con la empatía, viene la respuesta consciente que será tu gran ayuda para cuando debas enfrentar la tensión con tu madre.

Meditar diariamente te ayudará a tener una conexión más fuerte con tus emociones y mayor control sobre ellas, por lo tanto, podrás manejar de mejor forma cualquier lío adquiriendo la capacidad de ser observadora.

Se le conoce como “el observador” a la postura que se adquiere en una situación y se llama así porque te desprendes del rol que tienes en este conflicto y te das la oportunidad de verlo desde fuera, lejos de tus emociones, del ego, de la necesidad tan humana de tener la razón. Analizas tu lado y el lado contrario, para tener un panorama completo y poder responder de manera consciente.

La respuesta consciente, que viene después de ser “el observador”, se da cuando te planteas las siguientes preguntas antes de entablar la comunicación.

• ¿Qué refleja de mí este conflicto?
• ¿Qué no estoy comunicando?
• ¿Estoy actuando correctamente o me estoy dejando llevar por el enojo?
• ¿Qué debo aprender de este momento de tensión?

Una vez que has hecho este recorrido introspectivo, tendrás la capacidad de resolver cualquier diferencia de manera amorosa y empática. No es un proceso que surja de la noche a la mañana, pero la constancia en tu práctica es la clave para desarrollar estas habilidades que, indudablemente, van a transformar la relación con tu madre.

Recuerda que el acto de amor más grande es nutrirse a uno mismo para poder nutrir a los demás y de esta manera, conectar mejor con todo tu entorno.

Fuente: glamour.mx