Laura Pausini cumple 50 años: “Lo más importante que aprendí en mi vida fue a ser una mujer libre”

Viernes, 17 de mayo del 2024

 

La cantante italiana no retrocede ni un milímetro. Al contrario, se relanza, rompiendo viejos estereotipos de género de la industria musical.

Laura Pausini cumple 50 años: “Las mujeres de la Generación X y yo pensamos en qué inventar mañana, no en cómo jubilarnos dignamente”

“Sobre todo recuerdo el futuro”, decía Salvador Dalí, que vivía en el espacio más que en el tiempo. El pasado, el presente y el futuro se entrelazaban constantemente en sus historias, que se convertían en recuerdos de cosas por venir. Laura Pausini tiene muchos recuerdos de lo que vendrá, porque siempre se ha proyectado hacia el futuro. Su última gira está dividida en tres secciones: Presente/Futuro/Pasado, con el futuro en medio, es decir, ahora, y me cuenta por qué en una tarde soleada en la que hablamos de su cumpleaños por venir, de cajas en el desván que contienen lo que llegaremos a ser, de ropa que brilla y de palabras que cambian el mundo.

“Creo que en dos ocasiones de cumpleaños uno se siente de repente decrépito: a los diecinueve y a los cincuenta”, escribió Gesualdo Bufalino. Cuando éramos niñas, a una mujer –pasados los cincuenta– se le pedía una jubilación digna. ¿Sigue fluyendo el tiempo a dos velocidades distintas para hombres y mujeres?

Cuando pienso en los dos últimos años que he vivido, me doy cuenta de que corresponden al mayor crecimiento de mi carrera [resumo porque no se dice: sin ningún orden en particular Laura ganó el Globo de Oro a los 47, recibió una nominación al Oscar a los 48, ganó el Grammy Latino Persona del año a los 49, consiguiendo un 25% más de público tanto en Italia como en el extranjero en esta última gira], pero me estaba preparando para “terminar”, porque cuando tenía 20 años me dijeron que eso ocurriría. Al principio de mi carrera, mi equipo –formado por hombres mucho mayores que yo– me decía: “eres una mujer joven, pero ahora tenemos que hacerlo todo porque en la música las mujeres, después de los 40, ya no hacen nada”. Así que había planificado mi futuro (los discos que iban a salir, las cosas que quería cantar), contemplando unos 20 años de actividad: había pensado que cuando tuviera 50 años, nadie volvería a proponerme sacar un nuevo disco, ni irme de gira. Por lo tanto, había previsto que estaba –en ese preciso momento– condenada.

 

Las mujeres hemos luchado mucho por la igualdad de género, y puedo decir que, al menos en mi entorno, ya no se oyen frases como “has vendido bien por ser mujer” (que me dijeron después de mi primer disco en Sanremo), o “San Siro sólo lo hacen los hombres”: hoy, yo y las mujeres de la Generación X pensamos en qué inventar mañana, y no en cómo jubilarnos dignamente.

 

Así que ahora mismo es importante averiguar cómo hacerlo en nuestras cabezas, en nuestras voces: físicamente odio tener 50 años. He leído muchas entrevistas en las que mujeres famosas dicen: “Es la edad más bonita de mi vida, nunca me había sentido así…”. A nivel anímico, estoy contenta porque he construido bien esta alma. A nivel físico, tengo miedo, ¡no me gusta que a partir de ahora todo vaya a peor!

 

¿Cómo celebrarás tu cumpleaños?

Mi deseo es estar con aquellos que me han hecho llegar a esta edad de esta manera. Voy a celebrar una fiesta en Milán, en el Magazzini Generali, con mi club de fans: la historia de amor más larga que he tenido es con ellos. Ahora que hemos crecido, siento hacia ellos la responsabilidad de no equivocarme. Cantaremos.

 

¿Qué significa para ti cantar?

Desde niña descubrí que una canción tenía el poder de darme escalofríos no porque la cantara, sino porque mientras la cantaba estaba diciendo algo que me interesaba. Cuando hacía piano bar con mi padre, no quería interpretar ciertas piezas porque no me gustaba la historia que contaban, así que discutíamos y él me reñía diciendo: “Un cantante tiene que hacer lo que la gente le pide en el piano bar, ese es nuestro trabajo”, pero yo le decía: “No, yo quiero cantar We are the world porque fue escrita para eso (sigue siendo mi canción favorita)”.

 

Recuerdo que una vez me forcé y –aunque nunca nos lo pidieron– hice Woman in Chains de Tears for Fears. Nadie me aplaudió, y quizá en ese momento decidí ser cantante: quería contar mi verdad.

¿Hay alguna mujer a la que estés especialmente unida, que haya sido una fuente de inspiración para ti?

En los años 90, el mayor ejemplo de cantante que vendía era Madonna: yo cantaba cosas muy distintas a ella, tenía una imagen diametralmente opuesta, y sin embargo fue de ella de quien aprendí a no rendirme, me enseñó a ser sincera.

Siempre he afirmado querer ser quien soy, en función de lo que se esperaba de mí.

En esos treinta años no se puede estar a la moda todo el tiempo: cada década está marcada por el cambio de estilos, pero siempre pensé que era mejor dar un verdadero sentido a las cosas que hacía, en lugar de aparentar para mantenerme a flote. Y en este año de giras increíbles, me he dado cuenta de que tomé la decisión correcta por la gente que aún me sigue. No hay que engañar a los cantantes jóvenes, como me iban a engañar a mí.

 

¿Un momento en el que tuviste miedo?

Una vez Tiziano Ferro me pidió una frase para empezar a escribir una nueva canción, y yo le dije “El miedo no existe”, aunque lo siento. Lo más fácil después de la nominación al Oscar habría sido dejarlo. En casa estaba el Covid, yo ganaba premios y mientras tanto mis compañeros perdían a sus padres. Me preguntaba qué podía hacer, a dónde podía volver. No sabía qué música cantar, así que por primera vez hice que me enviaran las canciones escritas por todo el mundo, famosos y no famosos, pero me equivoqué. Sólo me di cuenta después de dos años de esta búsqueda, porque el único lugar donde indagar era dentro de mí. Busqué en mi pasado una razón para encontrar el futuro, pensando en una frase de Pedro Almodóvar: él decía que cuando uno se siente perdido y ya no sabe cómo caminar hacia adelante, tiene que volver atrás y ver qué le queda en el futuro para crear su propio camino nuevo.

Así que, después de más de 30 años, fui al desván de la casa de mis padres, y allí encontré un montón de cosas, como cuento en la canción Scatola. Había pósters de Vasco Rossi y Luca Carboni, y también estaba esta tablita de plástico, ¡mira lo que dice!

Así que leí: “Laura y Marco - Historia de amor del 18 de junio de 1986 al 19 de marzo de 1987”. Laura Pausini, que ya lo archivaba todo, había dado un principio y un final a una historia que no acabará nunca, y seguimos en el tren de las 7:30 de la mañana gris y fría de la ciudad, porque en esta historia el espacio vence al tiempo. También me cuenta que le envió la foto de la pizarra a Marco por whatsapp, y me lo imagino de vuelta a la juventud en un instante, treinta años no son nada.

 

Fuente: vogue.com

 

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