Martes, 21 de mayo del 2024
La mansión ubicada en Bel Air, fue el hogar de la naciente familia con la llegada de sus hijos Miguel y Daniel
Entre 2005 y 2009, Luis Miguel y Aracely Arámbula, dos de las estrellas más importantes del espectáculo mexicano, conformaron una de las parejas más mediáticas del momento.
Su romance los llevó a compartir un nido de amor en Bel Air, Los Ángeles, California, una mansión valuada en aproximadamente 6 millones de dólares que se convirtió en un símbolo de su amor y de la opulenta vida que rodeaba al “Sol de México”, quien así comenzaba una nueva etapa de vida en familia.
La mansión de Luis Miguel y Aracely Arámbula
La mansión en Bel Air era una residencia imponente que ofrecía todo el lujo y confort que una pareja como Luis Miguel y Aracely Arámbula podría desear.
La propiedad contaba con dos amplias salas, una cocina completamente equipada, un extenso patio, una terraza, una piscina con jacuzzi, cinco habitaciones y cinco baños.
La decoración combinaba colores neutros, detalles de madera y elementos clásicos, para crear un ambiente elegante y sofisticado.
Una de las características más destacadas de la mansión era la recámara principal, que incluía una espectacular chimenea y una vista inigualable de la propiedad.
Además, Luis Miguel realizó varias modificaciones para aumentar la privacidad, elevando las bardas de la mansión casi un metro y medio.
La vida en la mansión de Luismi y la “Chule”
Durante su relación, Luis Miguel y Aracely Arámbula compartieron esta mansión con sus hijos, Miguel y Daniel. La residencia se convirtió en un refugio familiar, donde disfrutaron de momentos felices y de lujo.
Sin embargo, tras su separación en 2009, la mansión también se convirtió en un símbolo de los altibajos de su relación.
¿Qué pasó con la casa de Luis Miguel y Aracely Arámbula?
Después de la separación, la mansión de Bel Air fue puesta en venta. Luis Miguel decidió no adquirir la propiedad, y el dueño la vendió por su cuenta. Esta venta marcó el fin de una era para la pareja, dejando atrás los recuerdos de los buenos momentos que vivieron allí.
La venta de la mansión de Bel Air representó el adiós a un capítulo importante en la vida de Luis Miguel, a diferencia de otras residencias que han formado parte de su historia, como la casa de su infancia en Ciudad de México o la famosa casa frente al mar en Acapulco, esta mansión no pudo ser conservada por el cantante.
La otras propiedades históricas de Luis Miguel
La casa de infancia de Luis Miguel en Ciudad de México tiene 123 metros cuadrados de terreno y 206 metros cuadrados de construcción distribuidos en cuatro niveles. Incluye sala, cocina, comedor, tres recámaras, 2.5 baños, estudio, terraza, bodega y estacionamiento para dos autos. Esta propiedad, aunque menos lujosa que la mansión de Bel Air, tiene un lugar especial en la historia del cantante.
Además de estas propiedades, Luis Miguel también posee residencias en Acapulco, donde su famosa casa frente al mar es un símbolo de su éxito y estilo de vida. También tiene propiedades en otros lugares de México, Estados Unidos y España, muestras de su estatus como una estrella internacional.
La vida después de la separación
La separación de Luis Miguel y Aracely Arámbula marcó el inicio de nuevas etapas en sus vidas. Arámbula ha continuado su carrera en la actuación y ha mantenido una postura mediática respecto a la relación con Luis Miguel y la manutención de sus hijos.
Por su parte, Luis Miguel ha seguido siendo una figura prominente en el mundo de la música, aunque la separación dejó una marca significativa en su vida personal.
A pesar de los años transcurridos desde su separación, la relación entre Luis Miguel y Aracely Arámbula sigue siendo un tema de interés público. Arámbula ha afirmado en varias ocasiones que el cantante no ha cumplido con sus responsabilidades de manutención hacia sus hijos, lo que ha generado una serie de disputas mediáticas.
La mansión de 6 millones de dólares en Bel Air fue más que una simple propiedad para Luis Miguel y Aracely Arámbula; fue también un símbolo de una época de amor y lujo que, aunque fugaz, dejó una marca indeleble en sus vidas. La venta de la mansión marcó el fin de esa era, pero las historias y recuerdos asociados con ella perduran.
Fuente: caras.com