Viernes, 26 de julio del 2024
A menudo no se valoran lo suficiente los efectos perniciosos que la falta de sueño tiene en nuestra salud y en nuestra calidad de vida. La falta de sueño puede afectar gravemente la salud física y mental, exacerbando problemas como la ansiedad y la depresión.
Además, el sueño insuficiente perjudica el rendimiento cognitivo, afectando la memoria, la concentración y la toma de decisiones. La privación del sueño no solo provoca fatiga, sino que también puede disminuir la creatividad y la capacidad de resolver problemas. A pesar de estos graves impactos, muchas personas no priorizan el sueño, subestimando su importancia para una vida saludable y equilibrada. Esta despriorización del sueño a menudo se debe a la presión social y laboral que nos empuja a sacrificar horas de descanso en favor de la productividad, lo cual resulta contraproducente a largo plazo.
Según el doctor Oscar Larrosa Gonzalo, neurofisiólogo clínico, experto en Medicina del Sueño, responsable de la Unidad de Trastornos del Sueño de MIPsalud y miembro del Grupo Top Doctors, “Intentando ser breve y, por necesidad e importancia, contundente: los trastornos del sueño significativos no controlados, a medio-largo plazo, destrozan la calidad de vida y machacan la salud física y mental, y, por supuesto, la relación con el entorno”, afirma sin ningún tipo de duda. “Su peor efecto es que hacen que se viva menos y en peores condiciones. Se puede decir que somos lo que dormimos, en cantidad y calidad”.
El doctor Larrosa destaca que los trastornos del sueño favorecen los trastornos de salud física a nivel metabólico, incluyendo sobrepeso-obesidad, diabetes, aumento del colesterol, problemas cardiovasculares y cerebrovasculares. Esto se debe a que la falta de sueño afecta el equilibrio hormonal, aumentando la producción de cortisol y otros factores que contribuyen a la acumulación de grasa y a la resistencia a la insulina. “En el ámbito cognitivo, las alteraciones del sueño afectan a la memoria y favorecen las demencias y la neurodegeneración. Además, aumentan y favorecen las sensaciones dolorosas y alteran la inmunidad, incrementando la susceptibilidad a infecciones y procesos cancerosos. También empeoran las alteraciones psicológicas como la depresión, la ansiedad, los trastornos de personalidad y los pensamientos negativos”.
Es importante entender que la falta de sueño no solo impacta en la salud individual, sino que también condiciona y empeora las relaciones interpersonales a nivel laboral, social y familiar. “La falta de sueño reduce el rendimiento y la concentración, disminuye el ánimo y la energía, y genera impaciencia e irritabilidad”, sentencia el médico. Esto puede llevar a conflictos en el trabajo, en el hogar y en las interacciones sociales, creando un ciclo de estrés y malestar que es difícil de romper.
“El sueño es un pilar básico de la salud, incluso más que una correcta alimentación, el ejercicio físico y las normas de higiene mental”, continúa. “Si no se duerme adecuadamente, todas las anteriores es difícil que mejoren si no son correctas, el sueño siempre está implicado como causa o como agravante del resto de alteraciones en esos campos. Por lo tanto, es fundamental adoptar hábitos de sueño saludables y buscar ayuda profesional si se tienen problemas para dormir, ya que mejorar la calidad del sueño puede tener un efecto transformador en todos los aspectos de la vida”, concluye.
Fuente. menshealth.com