Sábado, 31 de agosto del 2024
Si crees que el acné en adultos es una término médico que nada tendría que ver contigo, estás equivocado. Y es que a pesar de que pienses que este problema cutáneo de la etapa adolescencia quedó atrás, las inesperadas erupciones podrían seguir apareciendo incluso después de los 20, 30 o más años de edad, como si tu propia piel te guardara rencor o algo por el estilo.
De hecho, a todos nos puede llegar a pasar en algún momento. El acné en adultos es causado por una mezcla de estrés, hormonas y elecciones de estilo de vida, como una dieta inadecuada o tocarse demasiado la cara. Añade a ello la irritación del afeitado y tendrás un coctel de brotes. A diferencia de los granos juveniles, este tipo de barros y espinillas llegan a ser más rebeldes, presentándose a menudo en la mandíbula o el cuello. ¿La buena noticia? Con los cuidados adecuados, es posible eliminarlos y expulsar para siempre a estos huéspedes no deseados.
La causa del acné en adultos
El acné en adultos, en los hombres, tiene una larga lista de culpables. ¿El estrés? Sí, claro. ¿Fluctuaciones hormonales? También. Añade a la ecuación hamburguesas grasientas y ese momento ocasional de “me olvidé de lavarme la cara”, y tienes un coctel. Si agregamos el afeitado diario, que irrita la piel, y el sudor del gimnasio impregnado en la cara, de repente esos granos creen que se encuentran en el paraíso. Incluso la pantalla de tu teléfono entra en acción, esparciendo grasa y suciedad por tu mandíbula.
Según Harvard Health Publishing de la Escuela de Salud de Harvard, los cuatro factores que contribuyen directamente al acné son: la producción excesiva de grasa, la obstrucción de los poros por células cutáneas “pegajosas”, las bacterias y la inflamación. Además, algunos medicamentos pueden desencadenar el acné como efecto secundario, tal como señala la doctora Trishna Gupte, fundadora y propietaria de la clínica Cosmo-Square, del ISCA Institute. “Si tienes antecedentes familiares de acné, la genética podría estar haciéndote más propenso a él”, señala, y destaca: “Y no nos olvidemos de factores ambientales como la contaminación y la humedad, que obstruyen los poros y provocan más brotes”. Mientras que el acné de adolescente era malo, el acné en adultos tiene un arsenal de causas que aparecen cuando menos te lo esperas.
Aquí tienes 3 maneras aprobadas por dermatólogos para que te deshagas de las espinillas y los barros en la vida adulta.
1. Establece una rutina de cuidado específica para tu piel
Una rutina consistente que se adapte a tu tipo de piel ayuda a mantener bajo control la grasa, las bacterias y las células muertas de la piel, que son el trío que está detrás de la mayoría de los brotes. Según la doctora Gupte, el ácido salicílico es una sustancia química necesaria para la piel propensa al acné. “Penetra profundamente en los poros para exfoliarlos y desobstruirlos, minimizando los brotes”, explica, y añade que el peróxido de benzoilo es otra potente sustancia química que extermina los gérmenes causantes del acné y reduce la inflamación. “La niacinamida (vitamina B3) es un complemento excelente de cualquier rutina de cuidado de la piel para regular la producción de grasa y calmar la piel inflamada. Los retinoides, producidos a partir de la vitamina A, son especialmente eficaces para estimular la renovación celular, evitar la obstrucción de los poros y reducir las cicatrices del acné”, resalta.
La constancia es la clave. Al seguir regularmente una rutina, tu piel se vuelve menos propensa a las sorpresas de los cambios hormonales, el estrés y la suciedad diaria que suelen desencadenar el acné en adultos.
2. Lleva una dieta equilibrada
Comer para tener una piel mejor y más limpia es posible. “Los ácidos grasos omega-3, presentes en el pescado (salmón, caballa), las semillas de lino y las nueces, tienen propiedades antiinflamatorias y ayudan a calmar la piel propensa al acné. Los alimentos ricos en antioxidantes, como las bayas, las verduras de hoja verde y las almendras, ayudan a combatir el estrés oxidativo, que provoca acné. Los alimentos ricos en zinc, como las semillas de calabaza, los garbanzos y el marisco, favorecen la curación de la piel y disminuyen la gravedad del acné”, sugiere la doctora Gupte.
Mantenerse hidratado también es clave, pues ayuda a eliminar toxinas y a mantener la piel fresca. “Beber té verde también sirve para prevenir los brotes, porque contiene antioxidantes y tiene cualidades antiinflamatorias”, recomienda la doctora Gupte.
3. Revisa tus hábitos de afeitado
Utilizar la técnica y los productos de afeitado adecuados marcará la diferencia. Empieza por elegir un rastrillo adecuado para tu piel: los de una sola hoja irritan menos que las de varias. “Para no irritarte, aféitate con un rastrillo afilado y una crema de afeitar para pieles sensibles, y prueba tratamientos puntuales con productos químicos como el peróxido de benzoilo para combatir los brotes”, indica Gupte. Después del afeitado, aplícate un aftershave calmante y sin alcohol para mantener la piel relajada y sin acné. Si los remedios sin receta no son suficientes, la doctora aconseja consultar a un dermatólogo que te prescriba medicamentos con receta, como retinoides o antibióticos, que son más eficaces para tratar el acné persistente.
Fuente. gq.com