Sábado, 7 de septiembre del 2024
Estas disciplinas se posicionan como entrenamientos completos, funcionales y que además de cuidar la musculatura y la postura corporal incorporan un enfoque de bienestar al deporte
El barre: fuerza, resistencia y flexibilidad
Se trata de una disciplina de ejercicio que combina elementos de ballet, pilates y entrenamiento funcional, con un nombre que proviene de la barra de ballet, un elemento esencial en las clases de barre, que se utiliza como soporte para realizar una variedad de ejercicios que se centran en pequeños movimientos isométricos.
A diferencia de otras formas de entrenamiento, se enfoca en la tonificación muscular y la mejora de la postura, sin necesidad de grandes equipos o pesas, y aunque es el deporte de moda por excelencia que aterriza en gimnasios especializados de las grandes ciudades, es una disciplina con historia.
El barre se originó en los años 50 cuando Lotte Berk, una bailarina alemana que residía en Londres, decidió fusionar su entrenamiento de ballet con ejercicios de rehabilitación después de una lesión en la espalda a través de un sistema que combinaba movimientos de ballet con ejercicios de fuerza, y así nació el método barre.
Autocuidado más allá del deporte
Con la premisa de convertirse en un centro "para encontrar el balance necesario en la rutina diaria", el centro Barrelatte en Madrid ofrece sesiones con las que "cuidar cuerpo y mente" en tres tipos de sesiones que atienden a diferentes resultados.
´Expreso shot´, "la clase más cardio" con ejercicios de alta intensidad en barra al ritmo de música; ´flat white´ con movimientos isométricos de bajo impacto para trabajar la resistencia, y ´matcha latte´, que combina ejercicios de bajo impacto con movimientos clásicos basados en el pilates clásico.
Dentro de esta disciplina deportiva, las posibilidades son múltiples, aunque todas ellas contribuyen a reforzar la postura y grupos musculares en específico.
Movimientos controlados y activación muscular intensa
En el barre se trabajan principalmente en la tonificación de los músculos del core (zona media), glúteos, muslos, y brazos. Los movimientos suelen ser pequeños, controlados y repetitivos, lo que permite una activación muscular intensa.
Las posturas se mantienen durante períodos prolongados, lo que genera un trabajo isométrico que ayuda a definir y tonificar los músculos sin aumentar su volumen de manera significativa. Además, se incluyen estiramientos al final de cada bloque de ejercicios para mejorar la flexibilidad.
Los resultados son notorios después de pocas semanas de práctica regular. Sus participantes suelen experimentar una mejora en la postura, mayor estabilidad y fuerza en el core, y una tonificación visible en las piernas y glúteos. También es común una mejora en la flexibilidad y un aumento en la resistencia muscular.
Fuente. diariolibre.com