Martes, 10 de septiembre del 2024
El running ha sido siempre uno de los deportes más populares. Una de esas actividades físicas que todos nos hemos propuesto alguna vez empezar. Últimamente, cada vez son más los que deciden iniciarse en ella y, en redes, no dejamos ver cómo incluso muchos se proponen correr medias maratones o maratones completas, a pesar de ser aún principiantes.
Ello nos dan ganas a nosotros mismos ganas de engancharnos a este deporte. Pero seamos sinceros: no es sencillo. A todos nos ha pasado alguna vez, el salir a correr dos días seguidos, y no volver a hacerlo hasta que han pasado meses (o, incluso años). El consejo que recibimos siempre es el mismo: debemos salir a correr con un plan y una estrategia. Y, ¿qué significa esto?
Por lo general hay varios errores que cometemos todos al iniciarnos en el running y que pueden estar evitando que mejoremos en él y que mantengamos la motivación.
Errores que debes corregir cuando sales a correr
Correr siempre a la misma velocidad
Uno de los principales problemas es que siempre hemos creído que cuanto más rápido corramos, mejor, pero esto no tiene por qué ser así. Debemos ir variando el ritmo y las distancias de nuestras carreras. Lo ideal será practicar dos sesiones duras a la semana, en los que trataremos dar lo mejor de nosotros mismos, ya sea corriendo por intervalos, mejorando la velocidad o recorriendo largas distancias.
El resto de carreras deben ser sencillas, y no deben cansar nuestros músculos de forma excesiva, pues estos necesitan tiempo para recuperarse. Son días de mantenimiento en los que trabajaremos nuestra resistencia.
No entrenar fuerza
Otra creencia errónea es que solo debemos centrarnos en una disciplina. Lo cierto es que lo que tenemos que hacer es optimizar nuestros entrenamientos de fuerza, de forma que nos puedan ayudar a mejorar en el running.
Tendremos que ganar músculo porque así tendremos menores probabilidades de desarrollar lesiones. Lo ideal será hacer, al menos, dos sesiones de gimnasio a la semana, centrándonos sobre todo en el tren inferior y en el core para fortalecer nuestras piernas.
Pasar del 0 al 100
Todo progreso debe ser lento y constante. No vale de nada pasar de correr 100 metros a correr 10 kilómetros en una semana porque eso, a largo plazo, no es sostenible ni realista. De hecho, lo más probable es que acabemos haciéndonos daño o desmotivándonos por las terribles agujetas que sufriremos. Tenemos que organizar nuestros entrenos de forma que podamos ir mejorando poco a poco.
Iremos viendo resultados pequeños en cuanto a nuestras velocidades, distancias y tiempos, pero no debemos dejarnos llevar y pensar que debemos aumentar nuestra intensidad y volumen de entrenos de forma radical. Con un 10% a la semana será más que suficiente.
No cuidar nuestra alimentación durante la carrera
La alimentación durante la carrera es tan importante como en el resto de nuestro día y no solo debemos cuidarla cuando nos apuntamos a una competición. En realidad, será mejor probar en los días de entreno lo que queramos consumir en el día de competición, ya sea fruta, frutos secos, geles o bebidas energéticas, porque así sabremos cómo nos van a sentar.
Frustrarnos en redes sociales
Todos los sabemos: en redes solo sacamos nuestra mejor versión y, hoy en día que el running vuelve a estar de moda, pasa lo mismo. No debemos torturarnos si nuestros resultados no son los mismos que los de influencers del fitness.
En lugar de ello, debemos usarlo como motivación, para saber que, trabajando, podremos llegar a su nivel. También podemos aprender nuevas técnica o rutas. Debemos evitar que el seguir a otras personas acabe convirtiéndose en un motivo para deprimirnos y mantener una mentalidad positiva.
Todos cometemos errores así en algún momento de nuestro camino en el fitness. Siendo conscientes de ello, podremos ponerles remedio tan pronto como sea posible.
Fuente. gq.com