Miércoles, 11 de septiembre del 2024
¿Ya sientes el cansancio del regreso de las vacaciones? Tal vez el sueño polifásico sea la clave para continuar con tu estilo de vida hiperactivo sin comprometer tu salud. En pocas palabras, esta técnica, aunque parece sacada de un libro de neurociencias, tiene el potencial de revolucionar la forma en que recuperas el sueño perdido.
Optimizar el sueño se ha convertido en el nuevo santo grial de nuestra sociedad obsesionada por el rendimiento. Y con buena razón, un sueño de calidad sigue siendo la clave de una salud física y mental equilibrada. Entre el trabajo, el transporte, las redes sociales y las sesiones deportivas, la vida cotidiana no siempre te permite encontrar tiempo suficiente para dormir.
Sueño polifásico: arte milenario que vuelve a ponerse de moda
Normalmente, duermes toda la noche de un tirón. A veces te permites una pequeña siesta reparadora a mitad del día. Pero imagina por un segundo dividir este sueño en varias fases repartidas a lo largo del día. Ya no necesitarías dormir la noche entera, sino que tu sueño se convierte en un rompecabezas en el que cada siesta es una pieza esencial para crear un cuadro de energía inagotable, o al menos sostenible.
Los durmientes polifásicos te dirán que están más alerta, que son más eficientes y que consiguen ganar tiempo de sueño sin sacrificar su bienestar. Es una especie de hacking corporal que parece haber sido diseñado para quienes se niegan a ceder a las limitaciones biológicas tradicionales.
Métodos para dominarlo
Existen seis enfoques principales, cada uno con su propio grado de complejidad. Desde el modelo Siesta (seis horas de sueño nocturno + una siesta de 20 minutos) hasta el temible Uberman (seis siestas de 20 minutos cada cuatro horas), cada método requiere una adaptación meticulosa, pero promete ganancias impresionantes de eficiencia.
Otros modelos populares son el Everyman 3 (tres horas de sueño por la noche + tres siestas de 20 minutos) y el Dymaxion (cuatro siestas de 30 minutos cada seis horas). Como puedes ver, estas técnicas requieren una organización meticulosa, pero para los entusiastas, el esfuerzo merece la pena.
¿Cómo funciona el sueño polifásico?
Comprender los mecanismos del sueño polifásico implica examinar cómo funcionan los ciclos o las etapas del sueño. En teoría, la clave reside en la capacidad de sumergirse directamente en las fases más reparadoras del sueño profundo durante cada siesta. Al multiplicar estos breves periodos de sueño, el durmiente polifásico alcanza niveles cercanos a los de un durmiente monofásico en mucho menos tiempo. ¿Lo más fascinante? Algunos estudios demuestran que, si se practica correctamente, se alcanzaría hasta un 70% de sueño profundo en cada siesta. Una eficacia formidable para los más atrevidos, dispuestos a probar este experimento sobrehumano.
¿A quién va dirigido?
Obviamente, el sueño polifásico no es para todo el mundo. Las mujeres en periodo de lactancia suelen verse obligadas a hacerlo, al igual que los trabajadores nocturnos, los bomberos e incluso los soldados en misión. Para el resto de nosotros, hará falta una determinación inquebrantable para hacer la transición y adaptarse a ese ritmo de vida. Porque, sí, alejarse del patrón de sueño tradicional llega a tener serias repercusiones en la vida social y en el bienestar cotidiano.
Ventajas e inconvenientes del sueño polifásico
Adoptar el sueño polifásico te permitirá recuperar un tiempo valioso y optimizar tus días hasta el extremo. Sin embargo, este método requiere una disciplina férrea y ajustes constantes para evitar la infame deuda del sueño, que, si no se controla, se convierte rápidamente en una pesadilla (literalmente).
Por último, no te lances de cabeza a esta aventura sin hablar con tu médico. Los riesgos de agotamiento son reales si no respetas escrupulosamente las fases de descanso. Antes de atreverte a llevarlo a cabo, asegúrate de que este estilo de vida es de verdad para ti. Y quién sabe, quizá pronto seas una de esas personas afortunadas que dominan el arte del sueño polifásico mientras disfrutan de jornadas ultraproductivas. Una meta a solo una siesta de distancia.
Fuente. gq.com