Jueves, 12 de septiembre del 2024
Lo conoces bien, cada día es una carrera contra el reloj. Un trabajo de oficina demandante, un perro que necesita salir a pasear, el paso que crece demasiado rápido, una vida social que intentas mantener y, además de todo eso, un hijo del que cuidar. Esos seis días que solías dedicar al gimnasio han sido sustituidos por cambiar pañales y dar biberones. Mantenerte en forma es tan importante para ti como criar a tu hijo, pero ¿cómo combinas eso con las responsabilidades de ser padre? Te mostramos cómo puedes seguir en forma cuando llega la paternidad
1. Tiempo de juego = tiempo de ejercicio
Quizás ya no tengas tiempo para pasar horas en el gimnasio, pero eso no significa que no puedas moverte. Desde correr por el jardín hasta andar en bicicleta por la calle, los niños se mantienen en movimiento todo el día. ¡Únete a ellos! A los niños les encanta todo lo que hace papá. Convierte el tiempo de juego en tiempo de ejercicio. Piensa en un partido de fútbol en el jardín, jugar a las atrapadas o incluso hacer ejercicios simples como sentadillas y flexiones mientras vigilas a los pequeños. ¿Tu hijo ya sabe andar en bicicleta? Deja que te acompañe mientras sales a correr por el vecindario. Así estarás activo y presente, sin gastar tiempo extra.
2. Entrenamientos cortos y efectivos
Olvídate de las largas sesiones en el gimnasio y opta por entrenamientos cortos e intensos que se ajusten a tu apretada agenda. Una sesión HIIT (entrenamiento de intervalos de alta intensidad) de 15 minutos puede ser tan efectiva como una hora en el gimnasio, y puedes hacerla en cualquier lugar. Ya sea en casa, en el jardín o incluso en el parque mientras los niños juegan. Piensa en ejercicios como burpees, jumping jacks, flexiones y planchas: se pueden hacer en cualquier momento y lugar. ¡Ya no hay excusas!
3. Adquiere equipo de ejercicio para casa
No necesitas un gimnasio para lograr un entrenamiento efectivo; con un par de equipos básicos puedes entrenar desde casa. Invierte en mancuernas, un banco y bandas de resistencia, y ya estarás bien preparado. Estos artículos no ocupan mucho espacio, son asequibles y te permiten entrenar sin salir de casa. Además, no perderás tiempo en los traslados al gimnasio. Esto hace que sea mucho más fácil sacar tiempo entre los pañales y los biberones para hacer un buen entrenamiento. Consejo: revisa plataformas de segunda mano para conseguir buenas ofertas.
4. Aprovecha las primeras horas de la mañana
¿Tu pequeño finalmente se ha quedado dormido a las 6 a.m.? No vuelvas a la cama, ponte los zapatos deportivos y aprovecha la mañana para entrenar. Las mañanas suelen ser el momento más tranquilo del día. Además, no hay nada mejor que empezar el día con una buena sesión de ejercicio, ¿verdad? Para cuando tu hijo esté a punto de despertarse, ya habrás completado tu entrenamiento. ¡Ese tiempo ya es tuyo y nadie te lo quita!
5. Sé flexible
La paternidad es impredecible, así que sé flexible con tu planificación. A veces tendrás que interrumpir el entrenamiento porque surge algo, y está bien. Y si algún día no puedes entrenar, no te preocupes. Mantén la consistencia, cuida tu alimentación y no olvides disfrutar de los momentos que pasas con tus hijos. Al final, ser un papá en forma no solo es bueno para ti, sino también para tu familia.
Fuente. menshealth.com