Errores al nadar que debes evitar, explicados por un experto

Jueves, 26 de septiembre del 2024

Cometer errores al nadar es más posible de lo que llegarías a pensar. Y es que si bien la natación es una actividad física sencilla –hasta cierto punto–, cómoda y, sobre todo, eficaz, fallar en su práctica puede traducirse en todo menos los resultados deseados.

 

Lo sabemos, nadar es un verdadero elixir de bienestar para el cuerpo y la mente. Y ahora que las vacaciones de verano terminaron y el sentimiento de culpa por haber abandonado el ejercicio llama a la puerta, muchos de nosotros hemos encontrado en la natación un salvavidas para recuperar la condición física perdida tras meses de juerga. Por ello es importante conocer la forma correcta de nadar para potenciar todos sus efectos beneficiosos y sacar el máximo provecho con cada patada y brazada en el agua.

 

Razones para practicar natación, correctamente


De acuerdo con algunos estudios de Harvard, la natación es el deporte que deberías practicar a diario. ¿Por qué? Para empezar, se trata de una actividad de bajo impacto que involucra prácticamente todos los músculos del cuerpo, brindando un entrenamiento completo sin forzar las articulaciones. Mejora la resistencia cardiovascular, aumenta la fuerza muscular y la flexibilidad, e incluso ayuda a reducir el estrés y la ansiedad. Además, quema calorías de forma eficaz, lo que contribuye a mantener un peso saludable. Y no olvidemos los beneficios para la postura y la respiración. En resumen, nadar es como una píldora mágica para la salud, pero mucho más divertida y refrescante. Así que, aunque al principio te sientas un poco torpe al intentar coordinar todos estos movimientos, recuerda que cada brazada te está llevando hacia una versión más sana y feliz de ti mismo.


En definitiva, la natación es un deporte fantástico, completo y beneficioso para el cuerpo y la mente –incluso puede ayudar a regular el biorritmo. Sin embargo, como en cualquier disciplina, existen errores al nadar comunes que los principiantes tienden a cometer. Conocerlos y corregirlos desde el principio marcará la diferencia entre una práctica frustrante y una sesión de entrenamiento gratificante. Así que antes de lanzarte de cabeza –literalmente– a esta nueva aventura acuática, aquí tienes aquello que te conviene evitar para tener el control de la situación.


Nada como un campeón olímpico


Como un deporte completo y fascinante, nadar requiere no solo fuerza física, sino también una buena técnica. El entrenador de natación de competición, Stefano Mingone, lo sabe bien. “A menudo, quienes se acercan a la natación por primera vez cometen una serie de errores al nadar que llegan a comprometer la calidad del movimiento, haciendo que resulte más cansado y menos eficiente”, afirma. “Frecuentemente, quienes dicen saber nadar desde hace años se equivocan en los movimientos y en la técnica. Por eso es importante evaluar ésta”.


Siendo así, a continuación el entrenador nos explica los errores al nadar más comunes que se dan, sobre todo –pero no exclusivamente–, en los principiantes que se sumergen en la alberca y cómo corregirlos para mejorar el rendimiento, analizando en detalle aspectos como la posición de la cabeza, los codos, las piernas, el empuje de las manos y la rotación de la cabeza.


1. Posición de la cabeza: cabeza demasiado alta o demasiado baja


Uno de los errores más frecuentes entre los nadadores principiantes es la posición incorrecta de la cabeza durante el nado. Mantenerla demasiado alta, mirando hacia delante, provoca un aumento de la resistencia del agua y dificulta la respiración. Además, tensa los músculos del cuello, baja las piernas incrementando todavía más esta resistencia y compromete la alineación del cuerpo. Por el contrario, llevar la cabeza demasiado baja, dirigiendo ésta hacia el fondo de la alberca, es contraproducente para la alineación del cuerpo también, haciendo que tu brazada sea menos fluida.


Corrección: Imagina que tienes una manzana entre la barbilla y el pecho. El objetivo es mantener esta posición, mirando hacia el fondo de la alberca. Respira mientras giras la cabeza ligeramente hacia un lado, sin levantarla. La posición ideal de la cabeza es la que permite conservar el cuerpo en eje, con la mirada ligeramente dirigida hacia delante y hacia el fondo. El objetivo es mantener una postura horizontal para minimizar la resistencia al agua.


2. Codos bajos durante la brazada


El movimiento de los brazos es esencial para nadar con eficacia, pero los principiantes suelen cometer el error de mantener los codos demasiado bajos durante la fase de recuperación o al momento de empujar hacia el agua. Esto provoca una pérdida de potencia en la brazada y una reducción de la velocidad. Y causa dolor en los hombros a largo plazo.


Corrección: Es importante mantener los codos altos, especialmente en la fase de recuperación –cuando el brazo sale del agua. Además, recuerda entrar en el agua con la mano antes que el codo. Esto maximiza la fuerza de los músculos de la espalda y los hombros, aumentando la eficacia de la brazada.


3. Piernas rígidas y brazada ineficaz


Muchos nadadores principiantes tienden a arrastrar las piernas, moviéndolas con demasiada rigidez o de forma poco coordinada. Esto da lugar a un movimiento ineficaz, que incrementa el esfuerzo sin mejorar la velocidad. Además, una patada demasiado ancha o muy lenta genera turbulencias, frenando al nadador.


Corrección: Imagina que estás dando una pequeña patada a un balón; las piernas deben estar estiradas y relajadas, y el movimiento debe empezar desde las caderas, no desde las rodillas. La patada debe ser fluida y constante, manteniendo los pies cerca de la superficie del agua.

4. Empuje de la mano: presión insuficiente sobre el agua


Otro error común es no aplicar suficiente fuerza en el empuje de la mano durante la fase subacuática de la brazada. Muchos principiantes empujan el agua directamente hacia los pies, como si estuvieran remando. Aplicar poca fuerza significa perder la oportunidad de avanzar eficazmente.

 

Corrección: Durante la brazada, es esencial ejercer fuerza en la fase de empuje, llevando la mano por debajo del cuerpo y completando el movimiento hasta el muslo. Imagina que estás agarrando el agua y tirando de ella bajo tu cuerpo; tu mano debería marcar una “S” bajo el agua. Esto permite maximizar el empuje y avanzar mejor.


5. Rotación excesiva de la cabeza al respirar


La respiración al nadar es uno de los aspectos más difíciles de dominar para los principiantes. Frecuentemente se gira demasiado la cabeza para tomar aire, lo que altera la alineación del cuerpo e interrumpe la fluidez del nado, además de tensar el cuello.


Corrección: la cabeza debe girar solo lo suficiente para sacar la boca del agua e inhalar. Lo ideal es hacerlo con una rotación mínima, manteniendo el cuerpo lo más alineado y fluido posible.


6. Movimiento asimétrico de los brazos


Si lo que quieres es realmente mejorar tu técnica de nado, debes saber que otro error al nadar común, especialmente en el estilo libre, es el movimiento descoordinado o asimétrico de los brazos. Esto da como resultado un nado irregular y que consume más energía innecesaria.


Corrección: Las brazadas deben estar equilibradas y el movimiento de ambos brazos debe ser simétrico. Puede ser útil concentrarse en una brazada cada vez, trabajando primero la técnica de un lado y luego la del otro.


7. Falta de rotación del cuerpo


Muchos principiantes nadan “planos”, sin rotar el torso durante la brazada. Esto limita la longitud y la potencia del movimiento, aumentando la fatiga.


Corrección: Durante la brazada, el cuerpo debe rotar ligeramente alrededor de su propio eje. Esto permite estirar más el brazo en la fase de extensión y aprovechar mejor los músculos del tronco para un empuje más potente.


8. El ritmo de la respiración


Un error a menudo subestimado es la falta de un ritmo constante en la respiración. Una respiración controlada ayuda a mantener un ritmo constante y reduce el estrés físico. Muchos principiantes aguantan la respiración o lo hacen de forma irregular, lo que provoca una rápida fatiga. La respiración en la natación debe ser rítmica y continua.


Corrección: Establece un ritmo regular –por ejemplo, respira cada tres brazadas–, exhala gradualmente bajo el agua e inhala rápidamente al girar la cabeza. Es importante exhalar lentamente mientras la cara está bajo el agua e inhalar rápidamente cuando la boca emerge, sin retener el aire.


9. ¡No te desanimes!


Cuando comiences con esta actividad física, te parecerá difícil: pero la práctica hace al maestro, o al menos te permitirá nada mucho mejor. La natación, a un nivel de principiante particularmente, es una actividad que requiere paciencia y dedicación, pero con constancia y atención a los detalles, harás grandes progresos y conseguirás resultados satisfactorios.

 

 

 

 

Fuente. gq.com

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